Ezker Anitza-IU Bidasoa condena las agresiones sufridas por las y los integrantes de la compañía Jaizkibel y periodistas, el sábado 8 de septiembre en Hondarribia

La Asamblea de Ezker Anitza-IU Bidasoa condena las agresiones sufridas el sábado 8 de septiembre por las y los integrantes de la compañía Jaizkibel y las personas que les apoyaban, así como las sufridas por periodistas que únicamente trataban de hacer su trabajo y transmitir lo que, por desgracia, estaba ocurriendo.

La normalidad desapareció de las fiestas de Hondarribia hace ya demasiado tiempo: Desfilar escoltadas por temor a sufrir agresiones y entre plásticos negros, carteles y pancartas ofensivas, no es “normal”. Desde que en 1.997 surgió la compañía, las y los integrantes de Jaizkibel han venido sufriendo agresiones de muy diversos tipos. En los últimos años parecía que la intensidad del conflicto había bajado, pero desgraciadamente, el lamentable espectáculo del pasado sábado ha puesto de manifiesto un evidente retroceso y una brutal escalada en la tensión.

Este conflicto estalló hace 22 años, en el momento en el que un grupo de mujeres reivindicó su derecho a desfilar en las fiestas de su pueblo en igualdad de condiciones que sus conciudadanos varones, adoptando un rol que no era el que tradicionalmente se les asignaba, obviando la historia, tal y como relatan los archivos históricos “más aquel mismo día sobresalió en gran manera el valor de las mujeres de Fuenterrabía, pues cien de ellas, armadas…” por tanto es desde las diferentes áreas responsables de garantizar la igualdad, desde donde debe abordarse. Estos 22 años son demasiados, y por ello, exigimos al Ayuntamiento de Hondarribia en primer lugar, y también a la Diputación Foral de Gipuzkoa y al Gobierno Vasco, que realmente se esfuercen en remover los obstáculos que impiden la participación igualitaria de las mujeres de Hondarribia en el Alarde y que utilicen para ello las herramientas y medidas que sean precisas. Esta exigencia la hacemos extensiva, como no puede ser de otra manera,  también a Irun, donde  se disfraza de normalidad el hecho de que, desde hace 20 años, haya dos Alardes, uno discriminatorio y otro igualitario, al que el Alcalde de la ciudad, Jose Antonio Santano,  se niega a recibir. Además, estamos viendo con estupor como el asunto del Alarde condiciona totalmente el trabajo en materia que se realiza el resto del año.

Por último, nos parece muy grave que la Consejera de Educación del Gobierno Vasco haya mostrado su apoyo al Alarde discriminatorio, no sólo este año, sino desde hace varios años ya. Si realmente el Gobierno Vasco apoya a la compañía Jaizkibel y su reivindicación de un desfile igualitario, debería ser coherente y mostrar ese apoyo explícito cesando a dicha Consejera.

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