Han venido menos migrantes de lo habitual en un verano extraño y cambiante

Un grupo de chavales migrantes esperando cruzar la muga

Irungo Harrera Sarea ha atendido este verano a 561 personas en la oficina de acogida de la plaza San Juan. Pese a las cifras poco habituales, la mayoría se acumularon en la primera quincena de agosto. Porque en las últimas tres semanas el movimiento de migrantes casi se ha detenido, al parecer, sin motivo aparte.

Un verano accidentad para los y las voluntarias de la red. La apertura de la frontera del Puente de la Avenida en el marco del Tour de Francia y el inicio del debate intestino, la puesta en marcha del uso de drones para el control de los Pirineos Atlánticos en la frontera y en Lapurdi Sur y su posterior prohibición por los tribunales y el número de migrantes que han llegado a Canarias, acompañadas por la época estival, se esperaban este año una notable llegada de personas migrantes, como cada verano desde que comenzaron a operar en 2018.

Pero con la desaceleración de los controles fronterizos de la policía francesa en los últimos meses, las cifras de personas adultas a Irun se han ido reduciendo. Este año sólo han recibido 561 personas en la oficina de recepción de la plaza San Juan. 269 en julio y 292 en agosto (23 mujeres y 11 niños y niñas). Sin embargo, la mayoría de agosto llegó en la primera quincena. "El 9 de agosto, por ejemplo, 59 de un golpe", dice Josune Mendigutxia, de la red. Pero después de eso, "en la segunda quincena de agosto y en esta primera semana de septiembre, todo está parado", explica. "No sabemos por qué, porque están llegando a Canarias, y en esos casos dentro de unos plazos suelen pasar por Irun la mayoría de ellos y ellas después", aclara. Pero este verano, de momento, no ha sido así.

El perfil de las personas migrantes es similar. Hay algunas mujeres con hijos e hijas pequeñas, pero en general la mayoría son chicos jóvenes de hasta 25 años de Costa de Marfil, Mali o Senegal. “Si algo ha cambiado ha sido su necesidad o actitud”, reconoce Mendigutxi. Y esto también puede afectar a las cantidades mencionadas. “Nos hemos dado cuenta de que desde que han agilizado los controles es más fácil cruzar la frontera y muchos ya no utilizan el albergue de Cruz Roja o buscan ayuda de IHS, si llegan y van directamente”, comenta Josune.

Hay que recordar que, gestionados por Cruz Roja, en el albergue Hilanderas 1 de Arretxe Gain cuentan con 100 camas, y este verano se han reunido un máximo de 7 personas cada noche, habiendo recibido una sola o dos durante muchas noches.

Publicado originalmente en euskera en www.antxetamedia.eus

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