Este otoño ha llegado duro y frío. Están siendo bastantes los días que no se han sobrepasado los 8 grados centígrados por el día o se ha estado muy cerca mientras son muchas las noches que se ha bajado con creces esa cifra. Si bien el dispositivo del frío del Ayuntamiento de Irun solo lleva abierto desde el 15 de noviembre.
Según lo que se ha podido leer en la propia Web del Ayuntamiento, este dispositivo «está dirigido a personas en situación de sinhogarismo y/o exclusión residencial». Hasta aquí todo correcto y desde colectivos como Erletxea o Laguntza Taldea no parece que hay nada que objetar.
Sin embargo, al parecer esto solo llega a esta definición general pues se añade que es un dispositivo para las personas que «residen de forma habitual en Irun (empadronadas o con arraigo) que necesiten un lugar donde pernoctar cuando está previsto que la temperatura nocturna sea igual o inferior a 8ºC.» Desde estos colectivos sociales recuerdan que dentro del Decreto de Cartera de Prestaciones y Servicios del Sistema Vasco de Servicios Sociales del 2015 dentro de su artículo 33 sección 2.a "Servicios y prestaciones, o ayudas económicas de competencia municipal" en su apartado 1.8 "Servicios de acogida nocturna" especifica que estos son dispositivos que se «ofrecen a personas en situación de exclusión particular a personas transeúntes y a personas sin hogar, un recurso en el que pasar la noche y, con carácter inmediato, prestaciones básicas de pernocta, manutención, e higiene personal». Además se indica que estos servicios «funcionan con carácter permanente, todas las noches del año, sin perjuicio de que puedan reforzarse en determinados periodos del año para responder a un aumento de las necesidades» algo que parece alejarse de un dispositivo del frío dado que «si se cumpliera lo establecido» por el Decreto de Cartera por su carácter «permanente» no sería necesario «la implementación de un dispositivo específico en momentos climáticos adversos» a no ser «como refuerzo, como contempla el Decreto de Cartera», explican desde Erletxea y Laguntza Taldea.
Los criterios de este dispositivo del frío van más allá así lo circunscribe a personas que «se encuentren en situación de especial vulnerabilidad: personas de edad avanzada, personas mayores de edad con problemática de salud aguda y/o grave, personas menores acompañadas de personas adultas» por lo que continua, «se podrán acceder mediante prescripción técnica por parte de los Servicios Sociales Municipales, que deberá ser emitida con carácter previo al acceso a la instalación, excepto casos concretos que se deriven de personas en situación de especial vulnerabilidad» algo que no concuerda con lo establecido en la Decreto de Cartera que en el mismo apartado de “Servicios de acogida nocturna”, dentro de requisitos administrativos, decreta que «no se exigirá ningún requisito, al margen de la prescripción técnica, teniendo la consideración de servicio de acceso directo pudiendo acceder al servicio, por tanto, sin ser necesario el paso previo por el Servicio Social de Base».
En cuanto a la temperatura nocturna se especifica que esta será de «igual o inferior a 8ºC» mientras que el año pasado se manejaba no solo la temperatura sino la «sensación térmica estimada por horas en la página web de AEMET». He aquí otra diferencia en cuanto a los pasados criterios y es que se ha cambiado la Web dónde ver la temperatura, así Euskalmet no especifica la «sensación térmica» mientras que en la Web de AEMET si lo hace.
Del papel a la realidad
El papel dicen que lo soporta todo pero es en lo cotidiano dónde se comprueba la validez de lo que se plasma en el papel. Así como botón de muestra está la experiencia vivida este fin de semana por parte de personas voluntarias de Laguntza Taldea.
Nos cuentan que como otros días acompañan a Zubia a «un chico demandante de asilo que se ha salido de CEAR y no tiene dónde dormir». Ya en el centro «una trabajadora de Zubia nos ha atendido muy profesionalmente, y nos ha confirmado lo que ya intuíamos» y lo que ya se explica en este artículo, «el dispositivo del frío sólo se activa si hay una temperatura de 8 grados o menos según dato de Euskalmet». Las voluntarias reiteran, como se ha aclarado, que «hasta el año pasado se utilizaba el dato de sensación térmica que permitía que el dispositivo se abriera aún habiendo más de 8 grados». Por lo que este chico se queda en la calle «por este tecnicismo».
Lo cierto es que como les comentaba la trabajadora del centro a las voluntarias de Languntza Taldea «en realidad casi no hay plazas en Zubia puesto que están ocupadas por personas que están con procesos de media o larga estancia». Así confesaba que «hoy (por el día que se acercaron las voluntarias) por ejemplo, a primera hora, sólo tenemos una plaza para una mujer». En caso de que no hubieran plazas en Zubia, la solución es derivar a las personas a las «pensión Bowling», siempre a partir de las 22 horas. Pero únicamente a las personas con aquellos «perfiles de alta vulnerabilidad que son personas con padrón o arraigo mayores, menores con uno de sus progenitores (si fuera un menor con sus dos progenitores, uno de ellos quedaría fuera) y mujeres» explican las voluntarias de Laguntza Taldea que a su vez les explicó la trabajadora de Zubia. Este es el baño de realidad que se dan las voluntarias de Laguntza Taldea en su labor de acompañamiento a personas en exclusión social que quedan fuera de los criterios de dispositivos como el de Hilanderas para personas migrantes en transito o el propio Zubia en cualquiera de sus modalidades, estancia con procesos de media o larga estancia o de días por situaciones meteorológicas adversas.
El abordaje de las situaciones de personas «sin empadronamiento y sin arraigo, muchas veces personas con itinerarios en varios Ayuntamientos u otras situaciones», no es fácil y así lo explica un informe sobre la posibilidad de implementar un Servicio Municipal de Urgencias Sociales (SMUS) contratado por el propio Ayuntamiento de Irun, «es una debilidad a abordar desde el Sistema Vasco de Servicios sociales en su conjunto». Pero además, continúa dicho informe, en Irun «esta debilidad se agrava aún más con la situación fronteriza de la ciudad». Algo que se puede consideran un hecho histórico en la cuidad y se convirtió en una situación de crisis humanitaria a raíz del reciente cierre de la frontera por parte del gobierno galo.
Mientras el Ayuntamiento y su delegado, David Nuño, desde el área de Bienestar Social solo hacen que «tiran balones fuera» solicitando tanto «a la Diputación Foral de Gipuzkoa como a distintos municipios del entorno que contribuyan a atender estas necesidades con sus recursos» así lo denuncian desde Erletxea, y que por mucho que «se vanaglorien» de que están cumpliendo «un compromiso adoptado por el Ayuntamiento de Irun con las personas más vulnerables y en base a sus competencias» queda más que probado que no es así. Si coinciden en que «la pandemia ha visibilizado que la situación del sinhogarismo se ha recrudecido y que responde a una problemática territorial que excede los límites geográficos de la ciudad» pero denuncian que ninguna institución de cualquier ámbito está dando soluciones de verdad ante «la gravedad de situaciones de desamparo y tremenda dureza y crudeza que supone verse abocada a sobrevivir en la calle» y es que «la calle no puede ser el hogar de ninguna persona».
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