La decadencia de los pinares abre una oportunidad histórica para la recuperación de los bosques naturales en Bizkaia y Gipuzkoa

Eguzki.- El movimiento ecologista de Euskal Herria ha trabajado durante décadas para la restauración ecológica de los bosques naturales, públicos y privados, dado su profundo declive (robledales, hayedos, encinares, alisedas, etc.) provocado por la acción conjunta de sectores como la agricultura, la construcción o la silvicultura. Y a su vez, se ha denunciado sin descanso el modelo intensivo de producción maderera de Bizkaia y Gipuzkoa (industrialización, pistas, matarrasas, incendios forestales, plagas y enfermedades, fumigaciones, derroche de subvenciones públicas, etc.) que tras un siglo han soportado nuestras montañas y valles, muy especialmente con la plantación masiva de pino insignis o radiata desde finales del siglo XIX, cuando se trajo de Estados Unidos. Ni Araba ni Nafarroa ni Iparralde optaron por este impactante modelo.

Consecuencia de ello, según datos del último Inventario Forestal de la CAPV (2016), es la existencia de una enorme masa cultivada (no son bosques) de 125.000 hectáreas de pino insignis (además de 80.000 ha de otras especies comerciales exóticas: pinos varios, abetos, alerces, eucaliptos, roble americano, falsa acacia, etc.) que han infectado los paisajes naturales y creado graves pérdidas de biodiversidad en los ecosistemas forestales de la CAPV. Del total indicado de especies exóticas, resulta llamativo que 25.000 ha (el 65% públicas) se encuentran dentro de la Red Natura 2000, la mayor red ecológica de espacios naturales protegidos del mundo, destinada a proteger la biodiversidad de la UE.

Hay que añadir que el escenario forestal actual ha sido impulsado progresivamente por el antiguo ICONA del Gobierno Español, el Gobierno Vasco y las Diputaciones Forales de Gipuzkoa y Bizkaia, acompañadas eso sí de las asociaciones de propietarios forestales y del sector de la madera. La beligerancia hacia la conservación de naturaleza ha constituido un elemento común y permanente hasta nuestros días dentro de todas estas instituciones y organizaciones madereras. Todo ha sido válido, sin importar pendientes, ríos, captaciones de agua o áreas protegidas. Así, en términos de Medio Ambiente y ordenación del territorio, los resultados de ese modelo forestal basado mayoritariamente en una silvicultura de ocio, no profesional, están siendo nefastos: erosión, pérdida de biodiversidad (hábitats, flora y fauna salvajes, procesos ecológicos,…), disminución de la calidad de las aguas, colmatación de embalses, coadyuvante en inundaciones y crecidas de ríos, destrozo de los paisajes naturales, artificialización de nuestras montañas, derroche de dinero público, etc.

Ahora, tras décadas de enfermedades provocadas por el propio modelo de producción intensiva basada en el uso masivo de especies exóticas, parece que la decadencia del pino insignis es irreversible, ya que un sinfín de patologías de origen fúngico y otros vectores están afectando sobremanera a su estado fitosanitario: banda marrón, banda roja, fusarium, procesionaria, etc. Lo que no ha conseguido el ecologismo en décadas, lo están logrando hongos microscópicos. Y habrá que investigar y pedir responsabilidades a empresas, políticos y funcionarios.

Por otro lado, según datos del mencionado Inventario Forestal, los bosques naturales (robledales, hayedos, bosques mixtos, encinares, etc.) ya han desaparecido del 75% de las casi 723.000 ha que posee la CAPV, de las que sólo el 31,70% son suelos públicos.

Asimismo, el movimiento ecologista lleva años avisando de la nueva amenaza existente sobre nuestras montañas, en cuanto a la promoción del cultivo de varias especies de eucalipto, de origen australiano y carácter invasor. Por ello Eguzki alerta que, dada la situación fitosanitaria del pino radiata y de otras especies exóticas cultivadas, existe un riesgo real sobre todo en Gipuzkoa para clonar el más duro escenario forestal vasco, Bizkaia, donde gracias al modelo PNV se ha expandido ya el cultivo intensivo de eucaliptos hasta las 17.000 ha. Igualmente, debemos estar atentos al probable impulso para la plantación masiva de otras especies exóticas “sustitutivas” del pino radiata: abeto Douglas, sequoias, o criptomeria.

Es básico blindar los suelos públicos de la CAPV en el nuevo escenario forestal a consensuar, evitando a toda costa que éstos vuelvan a ser pasto de los cultivos comerciales madereros. A modo de ejemplo, hay que remarcar las más de 33.000 ha de montes de utilidad pública de Gipuzkoa, de las cuales 26.000 ha son propiedad de 39 Ayuntamientos, y el resto de Mancomunidades y Parzonerías y de la Diputación Foral.

En cuanto a las recientes declaraciones del sector maderero (Baskegur) reclamando todavía más dinero público de toda la ciudadanía para paliar el desastre de la gestión del pino insignis, Eguzki recuerda que siendo un problema creado principalmente por los propietarios forestales, deben ser ellos quienes lo resuelvan sin pretender que paguemos a escote sus ingresos y gastos privados. La única medida urgente es modificar el actual modelo productivo en nuestras montañas y cuencas hidrográficas, y no pretender extender las fumigaciones químicas masivas, intoxicando suelos, campos de cultivos, captaciones de agua y ecosistemas.

Así, desde Eguzki proponemos seis criterios mínimos que se debieran tener en cuenta para iniciar un debate social serio que guíe una nueva política forestal y de biodiversidad en la CAPV, liderado por las instituciones públicas, y evitando repetir los errores del actual modelo intensivo e hipersubvencionado:

    1- Garantía de participación plural y real de todos los sectores implicados: Diputaciones, Ayuntamientos, asociaciones de propietarios forestales y del sector profesional de la madera, universidades y organizaciones científicas, organizaciones ecologistas, asociaciones naturalistas, etc.

    2- Respeto estricto al cumplimiento del marco jurídico vigente en diversas materias: aguas, cambio climático, Ley de responsabilidad medioambiental, biodiversidad, Red Natura 2000, etc. Formulación de una nueva regulación normativa que ordene y limite territorialmente los usos forestales, es decir, donde proteger y donde producir madera.

    3- Restauración e implantación exclusiva de bosques naturales en toda la Red Natura 2000 susceptible de acoger hábitats forestales en la CAPV, recuperando aquéllos en 15.000 ha privadas ocupadas hoy en día por cultivos forestales exóticos.

    4- Eliminación de subvenciones públicas perversas y contrarias al Medio Ambiente, ligando la nueva política forestal al impulso de un verdadero desarrollo rural en el sector primario.

    5- Incremento importante de subsidios públicos a los propietarios privados (1) de bosques naturales, y (2) de cultivos exóticos en la Red Natura 2000 para su reversión a bosques naturales.

    6- Restauración e implantación exclusiva de bosques naturales en todos los suelos públicos forestales de la CAPV (de Ayuntamientos, de Cuadrillas, de Mancomunidades y Parzonerías y de las Diputaciones Forales) ocupados por cultivos exóticos, renunciando así a la producción maderera en terrenos de titularidad pública mediante su conversión en áreas forestales nativas: 55.000 ha.

La organización ecologista y antinuclear Eguzki ofrece diálogo al Gobierno Vasco, a las Diputaciones y al sector maderero sobre las seis bases indicadas, para así consensuar un nuevo escenario de protección real de nuestras montañas, mediante una política forestal duradera que comparta en igualdad la restauración de nuestros bosques naturales, la producción maderera y el estado de conservación favorable de la biodiversidad, en la Red Natura 2000, en otros ENPs y fuera de ellos, en suelos públicos y privados.

http://eguzki.org/es/2018/09/25/bizkaia-eta-gipuzkoan-baso-naturalak-berreskuratzeko-aukera-historikoa-irekitzen-ari-da-pinudien-gainberaren-ondorioz/

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