Mentoría con personas refugiadas, un buen ejercicio

Ante el 20 junio, día internacional de las personas RefugiadasMentoría con población refugiada

SOS Racismo.- En el año 2015 se encendió la alarma por la situación que en ese momento estaban sufriendo las personas que trataban de llegar a Europa huyendo de las guerras. Una alarma que no tuvo una respuesta proporcional por parte de los poderes de la Unión Europea ante un drama de proporciones gigantescas.

Entonces, una ola de solidaridad recorrió nuestras calles. Una solidaridad que, impotente fue testigo de la desesperante quietud de los gobiernos. Una solidaridad escandalizada ante los casos de xenofobia y racismo que salpicaba el viejo continente.

Las organizaciones que trabajan en favor de los derechos de las personas refugiadas tuvieron que multiplicar su empeño, y de manera espontánea surgieron nuevas iniciativas y propuestas.

Después de un estudio que nos confirmó el nivel potencial de solidaridad que se vivía en Gipuzkoa, SOS Racismo hizo un llamamiento para poner en pie un programa práctico de acompañamiento. Se trataba de ejercitar Mentoría entre familias o grupos residentes en Guipuzkoa con personas y familias refugiadas. Hablamos con diferentes entidades e Instituciones y vimos un alto consenso en la necesidad de poner en pie la propuesta. Recibimos el apoyo explícito de la Obra Social de la Caixa, de la Diputación de Gipuzkoa, del Gobierno Vasco. Diferentes entidades desde Hotz Zarautz, los Museos San Telmo y Albaola hasta la Real Sociedad Fundazioa nos dieron su apoyo.

Así pues, basados en la experiencia de Mentoría Urretxindorra que llevamos a cabo con menores de origen migrante desde hace cinco años en Gipuzkoa, y con el asesoramiento de la Coordinadora de Mentoría Social que llevó a delante la única experiencia de mentoría con población refugiada realizada en el estado español en Catalunya en 2017 dimos un paso adelante. Con la colaboración de CEAR pusimos en marcha el proyecto. A fecha de hoy contamos con siete equipos ya en funcionamiento en las localidades de Errenteria, Donostia, Irún y Villabona que suman un total de 22 personas autóctonas o residentes ejerciendo mentoría con 17 personas refugiadas.

A modo de una primera evaluación de la marcha de esta experiencia piloto destacamos el compromiso adquirido por estas personas voluntarias que dando su tiempo y lo mejor de ellas comparten sus pasos con personas en situación de vulnerabilidad. Y por otro lado el inmenso agradecimiento que desde SOS Racismo tenemos por la confianza que estas personas están teniendo en sus mentores y mentoras.

Creemos que más allá de discursos, muchos de ellos vacíos, la solidaridad se ejerce también en el día a día, compartiendo, escuchando, con la implicación de las personas y caminando de la mano. Es un ejercicio necesario de romper estereotipos y hacer frente a los discursos de odio. Es una buena manera de hacer posible una sociedad acogedora abierta a todas las personas.

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