Irungo EH Bildu pide apostar por unas políticas públicas que sitúen a las personas mayores en el centro

Oihana Briones, Ane Unanue eta Jokin Melida. Argazkia: Bidasoa Hitza

Irungo EH Bildu.- El 1 de octubre es una fecha señalada en nuestro calendario como Día internacional de las personas mayores. Como todos y todas sabemos este colectivo es uno de los más olvidados de nuestra sociedad al que, además, la pandemia ha golpeado con dureza.

La mayoría de los estudios realizados durante estos últimos meses señalan que las personas mayores de 65 años, pero sobre todo las que tienen más de 80 años, han sido "uno de los colectivos más vulnerables" en la crisis del coronavirus, al tener más riesgo de sufrir complicaciones graves.

A nadie se le escapa, que en este sentido, ha sido especialmente dura y preocupante la afectación en los y las mayores que viven en residencias. Pero tanto a unas como a otras les une un mal agravado por esta pandemia provocado por un impuesto distanciamiento social, la soledad.

¿Qué significa el distanciamiento social para muchas personas? Soledad.

Está comprobado que los niveles de soledad y aislamiento social en las personas mayores han aumentado con las medidas de salud pública adoptadas.

Esta soledad es un factor de riesgo independiente para el malestar físico y emocional. Se relaciona con la depresión, ansiedad, el pensamiento suicida, a la vez que puede generar mayor estrés y debilita el sistema inmune.

Estos últimos meses, muchas personas mayores han fallecido solas, sin poder despedirse de sus familiares y allegados/as, encerradas en sus casas, residencias u hospitales, confinadas, tristes, en situaciones de depresión muy duras, en conclusión, han dejado esta vida de una manera injusta e indigna para una sociedad que se dice desarrollada y moderna.

Ante este escenario es urgente poner al servicio de este colectivo todos los recursos existentes para que ni una persona mayor más muera sola. Desde Irungo EH Bildu queremos instar a todas las instituciones, en especial a la Diputación Foral de Gipuzkoa a adecuar el modelo residencial en cuestiones de humanidad, convivencia y dignidad de las personas usuarias de dichos servicios.

Para ello es imprescindible hacer una apuesta clara por unos servicios públicos de calidad que coloquen en el centro de sus políticas a las personas mayores, y a su vez atiendan las reivindicaciones de dignificación de los derechos y condiciones laborales de las personas que trabajan en el sector de los cuidados, enfatizando en el colectivo de trabajadoras de las residencias.

Para crear una sociedad justa debemos dignificar las vidas de todos y de todas, pero en especial, las de los colectivos más vulnerables. Debemos hacer nuestras reivindicaciones como la del movimiento de pensionistas, así como las de las asociaciones a favor de los derechos de las personas mayores, por unas pensiones dignas mínimas de 1080 y por la revisión y reforma del sistema de cuidados.

En definitiva, debemos exigir a las instituciones competentes, en concreto al Gobierno Vasco a revisar el sistema de protección y asistencia a fin de proteger a las personas mayores.

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