Irungo Harrera Sarea ha atendido a mil personas en tránsito durante los meses de verano

Un migrante habla el miércoles por la tarde en la plaza de San Juan de Irun por teléfono, esperando el momento de ir por la noche al otro lado del Bidasoa. Argazkia: bisadoa.hitza.eus

Irungo Harrera Sarea.- IHS ha acogido a personas procedentes de Guinea Conakry, Mali, Costa de Marfil, y en menor medida de Camerún, Senegal o Níger entre otros. Los perfiles más numerosos corresponden a hombres jóvenes solos, y mujeres solas o acompañadas de criaturas, además de niños menores de edad.

Procedentes en su mayoría de Canarias, se comprueba que las rutas migratorias desde África varían dependiendo de la presión militar que ejercen España y Marruecos para impedir la libre circulación.

Persiste entre las y los migrantes el objetivo principal de buscar un futuro mejor, aunque cabe subrayar el aumento de los conflictos armados y la desestabilidad política de los países mencionados. La mencionada situación está funcionando como auténtico “efecto expulsión” para quienes pretenden salvar su vida y que requerirían de protección internacional inmediata. Lamentablemente, el estado español y Europa siguen ignorando la situación desesperada de muchas de estas personas.

Irun. Durante el verano IHS ha seguido comprobando irregularidades en el acceso al dispositivo de acogida en Irun. De nuevo sin criterio coherente y con un dispositivo semi vacío, se ha impedido la entrada al albergue a varios migrantes.

Desde el reinicio de nuestra actividad tras el confinamiento, hemos recogido varios testimonios de personas a las que, por motivos diferentes, les ha sido negado el acceso al albergue de Irun. Con el agravante de que desde el final del confinamiento y exceptuando dos días, siempre ha habido plazas disponibles. Es decir, se ha discriminado a algunos migrantes y se ha infrautilizando el recurso, malgastando fondos públicos.

Respecto a la frontera, continuamos recogiendo testimonios de migrantes expulsados de manera ilegal por Francia.

En este sentido, denunciamos la política xenófoba y homicida que está aplicando la UE a las y los refugiados. Es sangrante la situación a la que se está sometiendo a miles de personas en Moria y demás campos, en el Mediterráneo, en las costas españolas. Exigimos a las instituciones vascas que esta vez sí, cumplan el plan de acogida que acaban de presentar y que esta vez lo hagan con más ambición y diligencia.

Por otro lado, invitamos a la población a apoyar las distintas iniciativas que hay para socorrer a las y los refugiados en Moria y otros campos, llevados hasta límites infrahumanos por los sistemas de control racista europeos.

Así mismo, animamos a asistir al concierto organizado por distintos colectivos culturales este sábado al mediodía en el Antiguo para denunciar la deshumanización a la que se somete a las personas refugiadas y migrantes y recaudar fondos para la asociación Zaporeak y su proyecto en Moria.

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