El pasado 31 de diciembre en Irun murió una persona que vivía en la calle sin que las instituciones lo supieran

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La persona muerta en la calle era Moussa, un senegalés que lleva años viviendo entre nosotras. Frecuentaba la zona de FICOBA y era conocida en el pueblo. El Ayuntamiento de Irun asegura desconocer el caso. La comunidad musulmana ha llevado a cabo una recaudación para su repatriación.

El pasado 31 de diciembre, Nochevieja, fallecía Moussa, un afable senegalés que vivía en la calle en la zona de FICOBA. Sin embargo, esta muerte no era recogida en un medio de comunicación hasta días después.

Cuando este medio, naiz.eus, se puso en contacto con el Ayuntamiento de Irun éste «aseguró desconocer el caso». Cuatro días después de la muerte de Moussa, NAIZ los días 3 y 4 de enero se lo comunicó, no tenía noticia sobre lo sucedido. Este mismo medio indica que «una vez ha salido la noticia en diferentes medios de comunicación, tampoco ha habido un comunicado institucional, ni consta ningún tipo de ayuda a la repatriación.»

En cuanto se conoció la muerte de Moussa, la comunidad musulmana de Irun y otros agentes comenzaron a recaudar fondos. Han conseguido el dinero para trasladar a Senegal, su localidad natal, el cuerpo sin vida de Moussa.

Moussa llevaba varios años viviendo en la calle en Irun. Frecuentaba la zona de Ficoba y era popular entre los irundarras. Según fuentes de SOS Racismo e Irungo Harrera Sarea, se trataba de una persona afable y tranquila que, pese a los intentos de salir de la calle, no quiso ayuda. Antes de llegar a Irun vivía y trabajaba en Iruña.

¿Y la responsabilidad institucional?

El aumento en los últimos años de las personas que duermen en calle es más que palpable. NAIZ recuerda que «esta cuestión fue debatida en un Pleno de febrero del pasado año, después de que la Asociación Zambra una moción aprovechando el turno popular». Este texto no se aprobó finalmente, «sino uno alternativo que presentaron PSOE y Podemos-IU (miembros del Gobierno municipal), y que apoyó el PP».

El escrito de Zambra «exigía al Ayuntamiento ampliar las plazas para personas sin hogar de manera que nadie tenga que dormir en la calle». El que finalmente se aprobó instaba al Gobierno municipal a, «dentro de sus competencias, poner en marcha nuevos recursos residenciales para paliar los efectos de estas crisis» podemos leer en el artículo de NAIZ. En definitiva, continua, «el texto que se aprobó quitaba peso a la responsabilidad municipal, apuntando a instancias superiores, como la Diputación o el Gobierno de Lakua. Un clásico desgraciado en estos casos». Nada más se puede añadir. Un clásico.

Fuentes: naiz.eus y bidasoa.hitza.eus

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