Bidasoaldeko Lagunak.- El pasado día 24 de marzo leímos unas declaraciones del Sr. Santano a modo de respuesta a una nota en la que Bidasoaldeko Lagunak le preguntábamos por el "Plan B" en caso de no ser viable Zubieta como emplazamiento de unas nuevas instalaciones deportivas que sustituyan a las actuales de Plaiaundi.

Consideramos que en sus palabras no solo no se aclara el asunto, sino que abre nuevos interrogantes. No pretendemos generar un enconado debate, sino que la opinión pública irunesa no se vea confundida con la situación actual de este serio problema.

Quizás no hayamos sabido formular bien la pregunta, aunque más explícita no podía ser, o es que no hemos conseguido encontrar una respuesta concreta en las palabras del Sr. Alcalde en las declaraciones publicadas en prensa el día 24 de marzo 2017.

Preguntábamos por si el ayuntamiento había decidido seleccionar el “Plan B” que se menciona en el Plan Director de Txingudi ante la práctica evidencia de que la opción de la construcción de unas nuevas instalaciones deportivas en el ámbito de Zubieta no será realidad dentro del plazo máximo establecido para el desalojo de su actual emplazamiento en Plaiaundi.

En estas declaraciones, tras manifestar su preocupación al respecto, confirma nuestras sospechas: La gestión del desarrollo urbanístico del ámbito de Zubieta va tan despacio que no tiene visos de poder ofrecer un campo de rugby ni una pista de atletismo que sustituyan a las de Plaiaundi antes de mediado 2019. Eso sí, afirmando que la responsabilidad de esta lentitud es de otra instituciones, no del Ayuntamiento de Irun.

Es posible que la verdadera responsabilidad del consistorio irunés, con el Sr. Santano a la cabeza durante los últimos 14 años, haya sido apostar por este lugar de reubicación y no por otro de más fácil y rápida gestión dentro del propio término municipal, sin estar supeditado a otros planes extramunicipales como este del Parque Tecnológico y sin los condicionantes medioambientales de Zubieta.

Este problema, que viene desde 1994, se ha agudizado al ir apareciendo con los años nuevos condicionantes de diverso tipo (medioambientales incluidos) y la fijación ineludible de un plazo límite para el desaparición de las actuales instalaciones deportivas de su actual ubicación. Entendemos que el “Plan B” va más allá de la selección de otras alternativas al proyecto de construcción de las nuevas instalaciones deportivas, ya que la apuesta exclusiva por la “Alternativa 1 (Zubieta)”, (al no contemplarse otras, “Alternativa 2, 3…”), provoca que, si falla esta Alternativa 1, nos encontramos irremediablemente ante la “Alternativa 0”, que no es otra cosa que la desaparición del campo de rugby y la pista de atletismo sin que se hayan construido unas nuevas instalaciones que las reemplacen.

Sabe el Sr. Alcalde, o debería saber, que como asociaciones ecologistas y conservacionistas, no defendemos intereses particulares sino generales, actuando desde el principio de “piensa en global y actúa en local” y que no teniendo capacidad ejecutiva, exigimos a quien sí la tiene el cumplimiento de las normativas y leyes medioambientales (por insuficientes que nos parezcan en muchas ocasiones). Es por esto que no entendemos afirmaciones como que: “los clubes no saldrán de sus instalaciones mientras no tengan una alternativa.” Esta afirmación va en sentido contrario al cumplimiento de las disposiciones normativas y obligaciones legales respecto este espacio Natura 2000 que establecen claramente que, el suelo que ahora ocupan las mentadas instalaciones, deberá estar restituido a ecosistema de estuario y con un estado de conservación favorable para junio de 2019. Otra cosa, bien distinta, sería si las palabras del Sr. Santano fueran para garantizar que, llegado el momento del desmantelamiento de las actuales instalaciones, los clubes ya dispondrán de unas nuevas donde practicar sus actividades.

Afirmar que somos “alarmistas” y que no ayudamos es injusto, ya que venimos avisando desde hace mucho tiempo, y de forma reiterada, sobre la situación que se avecina, y en todo momento hemos ofrecido nuestra colaboración desinteresada para encontrar la solución adecuada a este problema. Otra cosa es que se nos quiera hacer caso.

Por último, basta revisar la hemeroteca, para tener serias dudas de que “este será el último mandato en el que se va a hablar del traslado de la pista de atletismo y el campo de rugby”. Y no es porque nos falten ganas de creerlo.