Dicen que todo acaba y alguien dirá que este fin es necesario para volver a comenzar. Ya veremos. Lo que si pudimos ver en el último día de fiestas es mucha actividad. Comenzó el día con los bertsos con nombres importantes en el mundo del bertsolarismo. Subieron al escenario Uxue Alberdi, Odei Barroso, Fredi Paia y el irundarra Manu Goionaga. Como en ocasiones anteriores el "saio" estuvo conducido por Aitor, conduciendo a los participantes por el mundo de Italo Calvino y su cuento, El Barón Rampamte tema del cartel de este año. Mucho nivel el que hay en estos "bertso saios" de tono divertido y jocoso que hace las delicias de las personas allí reunidas. Gaupaseras sin fronteras incluidas.

Después de los bertsos tiempo para tomar un "marianito" y descansar algo antes de que dé comienzo las actividades de la tarde. Desde las cinco ya se veía movimiento en la plaza. De igual manera ya se comenzaba a oler las sardinas y las brochetas. Un buen plan para reponer fuerzas en las últimas pruebas de los juegos no olímpicos consistentes en la Toka y carrera de sacos. Este año hay que decir que ha habido abundancia de premios y regalos para los y las participantes, tanto los juegos como la pala o la mayor guapasero/a. Todos los premios y regalos han sido cedidos por diversos establecimientos del barrio y alguno de fuera de sus fronteras así como particularmente por vecinos y vecinas. Destacar que la prueba de toka la ganó Eduardo de ochenta años y lo hizo a gran distancia de la segunda participante. Vamos, que iba "sobrao" a sus ochenta años. Una pena que se nos escapara antes de hacerle una foto para la posteridad.

Este final de fiesta iba a ser largo para estx que escribe pues tenía gran interés en estar en la última actividad. Por lo que sintiéndolo mucho no pude asistir al concierto de Ainara Legardon en Kabigorri. Si bien la espera fue larga con buenas conversaciones se pasa más rápido. Anocheció y el sol que acompañó durante toda la jornada dejó paso a la oscuridad. Sin embargo, pronto una gran explosión se produjo en la plaza que iluminó cielo y tierra. Era Estornudo Nuklear. Estornudo era sólo uno pero no hacía falta más. En unas fiestas cuánticas como las de este año no podía faltar el viaje en el tiempo. Gaizka se encargó de conducirnos a la génesis moskobita de esta plaza roja, a la línea del frente. Una verdadera regresión colectiva al espíritu de este barrio especial y en ocasiones espacial. Huston, tenemos un problema, es el Topo Nuklear, Oi! Oi! A pesar de obras y planes urbanísticos resurgiremos del holocausto nuclear, Gora Moskuko Jaiak 2014!!!!

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