Eguzki denuncia que, un año después, el Acuerdo Marco para el Saneamiento de Gipuzkoa sigue sin firmarse y, además, es ya en buena medida papel mojado

La regata Mijoa vierte junto a la playa de Saturraran.Eguzki Grupo Ecologista y Antinuclear.- El consejero de Medio Ambiente del Gobierno Vasco, Iñaki Arriola, y el diputado del ramo en Gipuzkoa, José Ignacio Asensio, anunciaron el 1 de febrero de 2019 un nuevo Acuerdo Marcopara acometer las necesidades existentes en el Territorio en materia de saneamiento hasta 2027”. Un acuerdo que se suscribiría “en próximas fechas”.

Los miembros de Eguzki ya entonces mostramos nuestro escepticismo, no sobre la firma del acuerdo, lógicamente, sino sobre su cumplimiento. Pero ha pasado ya un año de aquel anuncio y lo cierto es que ni siquiera se ha firmado. ¿Podría firmarse ahora, con la legislatura finiquitada y convocadas las elecciones? Podría, pero, por razones obvias, tendría muy poquita credibilidad. Además, y esto es lo importante, aunque se firmase mañana mismo, ha quedado ya, en buena medida, en papel mojado, como veremos.

Arriola y Asensio anunciaron hace un año inversiones por un total de 61 millones de euros, 45,2 de los cuales correrían directamente por cuenta de Gobierno y Diputación (32,5 y 12,7, respectivamente) y el resto, por cuenta de Aguas del Añarbe, Servicios de Txingudi, Consorcio de Aguas de Gipuzkoa y los ayuntamientos de Donostia y Pasaia.

Esas inversiones se repartirían en dos períodos: hasta 2021 y entre 2021 y 2027. En el primero se ejecutarían “las inversiones con mayor impacto en la población y en el medio acuático”, entre otras, el saneamiento de Pasai Donibane, de la regata Mijoa, que desemboca en Saturraran, o del río Zelai, que lo hace en el Oria a la altura de Tolosa. En el segundo, otras, por ejemplo, en Ziako Erreka de Andoain o Mendaro.

Pero, puesto que en los presupuestos de 2020 no se han consignado las partidas necesarias para acometer obras en Pasai Donibane o Mijoa, por citar dos “enclaves” con “carencias históricas” a los que el diputado Asensio se refirió expresamente en aquella comparecencia, las previsiones del Acuerdo Marco para el primer período, simplemente, ya no se pueden cumplir. Y eso, sin que el documento haya llegado siquiera a firmarse.

Hay que tener en cuenta que, tal y como Eguzki constató en su día, la mayoría de los proyectos incluidos en el borrador de nuevo Acuerdo Marco figuraban ya en el suscrito para el período 2007-2011. Algunos aparecían citados… ¡incluso en el de 2003-2006! Es decir, eran y son proyectos que deberían estar ejecutados hace ya muchos, muchos años.

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Con el anuncio del nuevo Acuerdo Marco, el consejero Arriola venía a decirnos que “esta vez sí”. Eguzki mostró su escepticismo y, un año después, ya podemos decir que acertamos. Pero no estamos orgullosos de ello, ¿eh?, pues no tiene ningún mérito, habida cuenta de que los retrasos son crónicos en la historia del saneamiento de los ríos vascos.

Y, salvo que no se incrementen de forma muy notable los presupuestos que las administraciones públicas le dedican, van a ser mucho mayores. Hay que tener en cuenta que el Plan Hidrológico del Cantábrico se encuentra en fase de revisión y que, antes de que termine 2021, deberá estar en vigor uno nuevo, con su correspondiente programa de medidas. Este programa no podrá limitarse a “reenganchar” los proyectos pendientes, sino que deberá incorporar otros nuevos, entre otras cosas, porque así lo exige la normativa que se ha ido aprobando en los últimos años.

En resumen, que, salvo que cambien los actuales niveles de inversión, la red básica de saneamiento seguirá sin completarse durante décadas.

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