Bidasoaldeko Lagunak, Eguzki Talde Ekologista.- Quien se acerque cualquier día de estos al Parque Ecológico de Plaiaundi verá claros signos de degradación del espacio. Llama la atención el deterioro del vallado de madera en diferentes puntos, pero esto no es más que una muestra de la dejadez de las administraciones competentes en la conservación del lugar y que despista de la más perjudicial y grave degradación de hábitats, en perjuicio de las especies que los pueblan y que es la razón de ser del espacio Txingudi y su protección.
El mobiliario del parque requiere un mantenimiento mínimo y que no se hace con la debida presteza, pero no son parte de los valores esenciales a preservar como espacio RN 2000 (ZEC y ZEPA) y que están sufriendo una degradación mucho más grave y preocupante, pero que escapan más fácilmente a la vista del visitante.
La falta de vigilancia y la demora en la aprobación del Plan de Uso Público, al que tanto esfuerzo hemos dedicado, dejan a Plaiaundi y Jaizubia a expensas de actos vandálicos que, sumados a la falta de respeto y conciencia de algunos y los impactos negativos de la siempre sin resolver reubicación de las instalaciones deportivas, forman un cóctel nefasto para la preservación del espacio protegido.
No es raro de ver coipús o sus excrementos, pero el problema no es que puedan provocar cierta repugnancia, el problema real es que es una especie exótica invasora (EEI) descontrolada como bastantes más, animales y vegetales, que están interfiriendo en la ecología del estuario y que no llaman tanto la atención e incluso algunas nos pueden llegar a parecer agradables a la vista.
Plaiaundi es un enclave restaurado al, que debido a su escasa extensión, hubo que dotar de sistemas artificiales para poder acercarse a su potencial ecológico original. El sistema, las compuertas, que deberían regular y compensar el flujo de las mareas en las lagunas interiores, lleva años en un progresivo deterioro que reduce la función de acogida de fauna, en especial de las aves acuáticas migratorias y residentes. Las pantallas vegetales que se crearon para preservar la tranquilidad de las aves en las algunas respecto a los senderos del parque, por falta de gestión, se han convertido en elementos que merman esa buscada tranquilidad de las aves que allí recalan, incluso impidiendo en ocasiones que lleguen a bajar a la lámina de agua.
Por otra parte, el incumplimiento de los compromisos recogidos en el Documento de Actuaciones y Medidas para la ZEC y ZEPA Txingudi-Bidasoa, deja lejos el objetivo de alcanzar el estado Favorable de hábitats y especies. ¿Qué educación ambiental coherente se puede llevar en Txingudi cuando lo que queda a la vista es el desinterés de nuestras administraciones por la preservación de esos valores y riqueza ambiental?
Un cúmulo de problemas que van degradando el espacio protegido ante la injustificable pasividad de las administraciones competentes que no toman cartas en el asunto.
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