Los sábados suelen ser los días grandes de muchas fiestas. En las de Mosku así lo es. El día comenzó con la final del campeonato de pala en el frontón txiki con los últimos partidos. Se vieron buenos encuentros con mucho nivel. Durante un mes 21 parejas han disputado este torneo que finalizó ayer. Entre suplentes y participante medio centenar de personas han participado en este campeonato popular.
Después de conocer a la pareja ganadora se procedió a la entrega de premio a los participantes. Para esta entrega contamos un una colaboración muy especial. Acto seguido comenzó una nueva jornada de la competición no-deportiva más celebre a este lado de los Urales. Competición reñida y muy divertida que en momentos parecía que las competiciones fueran acuáticas. En un descanso de la competición se pudo disfrutar de la actuación de la euskal dantza de la mano de Kemen Dantza Taldea. Este año cambiaban de día la actuación de domingo a sábado. Todo un acierto tras comprobar la gran afluencia de público. Después de este punto y seguido continuó las pruebas no-olímpicas con su tradicional entrega de premios. A ver si en años sucesivos también se da un premio para la mejor crónica de fiestas. Siendo estas las únicas creo que es fácil suponer quién va a ganar.
Con tanto deporte entran ganas de comer. La ya tradicional comida popular en la calle Peña volvió a reunir a más de doscientas personas para degustar el fantástico Tabulé y las patatas a la riojana con un botón final a cargo de la Pastelería Brasil genial. Como no podía ser de otra manera hasta el menú tiene ese eclecticismo que tienen las fiestas de Mosku. Café y a recoger la calle que esto no ha hecho más que empezar. Sin tiempo para la digestión ya se escuchaban los sonidos de la trikitixa por la calle. Era el bertsotrikipoteo. Consistente, como deja claro su nombre, en un poteo de bar en bar amenizado por la trikitixa y una vez dentro del bar por un par de bertsolaris que ponen "seriedad" al pasacalles. Amenizado por la triki y regado por.... os podéis imaginar. Así se recorre todo el barrio. Cuales flautistas de Amelin seguidos de un más que nutrido grupo de ratoncitos y ratoncitas ávidas de pasárselo bien. Comentar que durante el trascurso del bertxotikipoteo se entregó el premio al más gaupasero/a. Un jamón, que se llevó un donostiarra y es que así somos las gentes de Mosku, de fuera te vendrán a decir cuanto pesa un jamón.
Sin tiempo para el desaliento, y casi sin resuello, las primeras notas de la Txaranga de Bonberenea inundan una plaza llena. La txaranga de Bonberenea que se ha hecho un hueco y se ha convertido en todo un clásico. Una interminable vuelta por el barrio y un "asalto" al Ayuntamiento como momento de apoteosis y catarsis colectiva. La fiesta en estado puro.
Sin tiempo terminada con gran pena por algunxs fiesterxs comienza el concierto programado para este noche. Concierto que contaba con el contratiempo de la caída del cartel de Zakillers debido a un accidente. Si el día anterior habíamos asistido a la actuación de una banda compuesta por sólo dos componentes, Joseba Irazoki es capaz de lanzar un órdago y el sólo cual hombre-orquesta llenar de buen rock & roll la plaza. El amo de la barraca. A Joseba le sucedió en el escenario Las Culebras, un grupo enteramente compuesto por mujeres. Rock & roll en estado puro y salvaje. Después de Las Culebras estx que escribe desconoce si Zakillers fueron sustituidos a última hora pues se marcho a cultivar el sueño de Morfeo para poder hoy escribir esta crónica.
Nota. Al final a pesar de no acertar con la lluvia de primera hora la gente de Euskalmet pareció acertar y se quedo un excelente día. La próxima vez miraré en el "Goiburu". Chiste de arrantzales hondarribitarras, las demás abstenerse.
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