La tercera mañana de la Marcha Ciclista ha transcurrido por los barrios y pueblos de Iruñerria. Al pasar por los diferentes barrios más participantes se han sumado a pedalear dando así cada vez más color al pelotón.
Tras partir del Gaztetxe Maravillas la primera parada la han realizado en la huerta urbana Piparrika. Entre tomates y pimientos nos han recordado que también en el corazón de la ciudad se pueden cultivar alimentos sanos y responsables de modo colectivo.
Ilusionadas con los primeros rayos de sol nos hemos acercado a Etxabakoitz donde quieren hacer la estación del TAV. Un vecino nos ha hablado de la marginación que el barrio lleva sufriendo durante años y ha destacado la amenaza que supone el TAV para el vecindario.
Dejando atrás Etxabakoitz hemos subido a Barañain donde nos han ofrecido un opíparo almuercico. De ahí nos hemos acercado a la estación de San Jorge y hemos sabido que la asociación de vecinas exige que la estación de tren se quede en el barrio. De este modo han puesto en entredicho la legitimidad del proyecto de estación del TAV en Etxabakoitz.
Poco a poco nos hemos alejado de la capital para acercarnos al pueblo de Berriozar. Allá nos hemos parado en uno de los dos pasos a nivel que existen en Navarra. Este peligroso paso se ha mantenido así a lo largo de los años y hoy en día es utilizado como excusa para quitar el bucle ferroviario y dar paso a la estación de Etxabaloitz.
En Arazuri las familias y el vecindario nos han ofrecido una calurosa bienvenida. Tras unirse a la marcha ciclistas de todas las edades, su alegría y su fuerza nos han ayudado a pedalear, si cabe con más entusiasmo. Mientras degustábamos una exquisita paella hemos conocido las afecciones que el TAV causaría en el valle. Tras la sobremesa hemos llevado a cabo una dinámica en la que hemos compartido ideas sobre cómo recuperar la esperanza día a día y pueblo a pueblo. La voz de Amalurra nos conmueve cuando nos susurra al oído que cada vez somos más las que escuchamos sus latidos día adía.
De camino al desfiladero de Oskia y hechizadas por la belleza que nos ofrece el río Arakil, nos hemos comprometido a no dejar que el TAV la destroce. Recorriendo el camino y pedaleando hemos llegado Irurtzun, lugar en el que ha finalizado la etapa de hoy. Y como queremos celebrar la vida, le hemos dado un alegre final a la etapa con una maravillosa cena y un emocionante concierto.
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