Bidasoaldeko Lagunak.- Recibimos con cierta esperanza, como no podía ser de otra manera, la noticia que leemos en la prensa referente a la propuesta del Gobierno Vasco, en palabras de la Consejera Arantxa Tapia, de incluir en los planes "Next Generation” la restauración del entorno de Txingudi, con un importe de 27,3 millones de euros entre 2020 y 2026.
Por un lado, esto evidencia que la restauración de espacios naturales con alto valor ecológico y riqueza en biodiversidad, encajan perfectamente en el necesario impulso que quiere dar Europa hacia un mundo más ecológico y sostenible, y por otro, que la restauración de Txingudi es una tarea necesaria y pendiente de ejecutar, además, desde hace ya demasiados años.
No conocemos el desglose del importe que se menciona y el destino a cada actuación pendiente, pero sí conocemos bien las actuaciones y medidas recogidas en el Documento de la Red Natura 2000 aprobado en 2013 y que, desde entonces, apenas ha avanzado en su ejecución.
No vamos a cuestionar que se recurra a financiación comunitaria para sacar las instalaciones deportivas de Plaiaundi y restaurar las 2 has. que ocupan, adquirir los terrenos de la isla Trukanale e integrarla en el estuario, restaurar el espacio de la trasera del instituto como "ampliación de la laguna de San Lorenzo”, revertir al hábitat de ribera el borde de Oxinbiribil, regeneración de Alunda y Lastaola, además de rehabilitar el sistema de compuertas de las lagunas intermareales, entre otras actuaciones. Recordemos que ya en 1996 se utilizó la financiación con fondos europeos, a través de un proyecto Life, del que hubo que devolverse una parte importante por no restaurar el espacio de las instalaciones deportivas.
Es de esperar que, por el reconocimiento de la necesidad y obligación de cumplir con los compromisos contraídos respecto a este espacio Red Natura 2000, tanto como ZEPA como ZEC, y hacerlo público cuando se conmemora el 50 aniversario de la Convención Internacional RAMSAR, en cuyo listado de humedales está incluido Txingudi, las declaraciones de Arantxa Tapia sean algo más que bonitas palabras o una mera declaración de intenciones, o lo peor que se trate un “greenwashing” o lavado verde.
Para terminar, nos preocupa que la noticia no contenga una clara alusión a que, en el caso de que esta propuesta (fondos Next Generation) no prospere, el Gobierno Vasco acometerá las actuaciones pendientes en Txingudi, asumiendo su financiación y respondiendo así a las obligaciones contraídas desde hace años ante la UE a la que ahora solicita los fondos.
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