Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria.- La última ola de la pandemia que estamos conociendo, con un crecimiento enorme de los contagios, no ha hecho sino acentuar los problemas que vienen de lejos en las residencias, atención primaria y hospitales, que Diputaciones, Osakidetza, Osasunbidea y los gobiernos de Gasteiz e Iruña no han sido capaces de resolver con eficiencia, debido en gran medida, a la reducción de recursos, humanos y materiales, originados por sus propias políticas.
Hay una opinión generalizada en la ciudadanía vasca -según algunas encuestas de opinión el 95 % de la población- de que Osakidetza y Osasunbidea y los gobiernos que las dirigen nos han tomado medidas de prevención, ni han planificado ni organizado la sanidad pública para responder y poner freno a esta ola y paliarla mínimamente. Problemas que vienen de lejos y que la primera fase y más dura del Covid-19, no les ha servido de experiencia para prepararse y afrontar olas como esta.
La verdad es que tienen muchas razones para manifestar esa crítica y disgusto. Odakidetza, siguiendo el modelo que aplicaron el verano pasado ha decidido volver a reducir el horario de más de 62 Ambulatorios, Centros de Salud o Consultorios de la CAV. La medida más común es que cerrarán a las 17 horas en lugar de las 20 horas, incluso en algunos casos a las 3 de la tarde.
En lugar de recuperar a los cerca de 4.000 profesionales sanitarios de los que se deshizo en octubre, sólo ha vuelto a contratar a menos de 1.000. Lo que ha provocado un colapso en toda la sanidad pública, que mucha gente acuda a hacerse seguros privados o a hacerse test antígenos o PCRs, a clínicas privadas que se está forrando con unos precios escandalosos.
Y lo último que se la ocurrido es establecer un protocolo para que toda la gente se automedique, auto confine e incluso haga tareas de rastreo con todas las personas con quienes tiene contacto, de tal modo que a los centros de Atención Primaria sólo acudan aquellas personas que han dado positivo y formen parte de sectores vulnerables. Este protocolo deja especialmente desasistidas a las personas mayores que viven solas.
Una situación bastante similar se da en Nafarroa. Colapso total en la atención primaria y en el número 112 de SOS Navarra que no puede dar respuesta a los miles y miles de llamadas que reciben por la Covid, por lo que cientos de personas —algunos días se cifran en mil- se quedan sin respuesta ni atención. Y las medidas adoptadas en todos días en Nafarroa son prácticamente similares a las establecidas en la CAV. De hecho, las administraciones de ambas comunidades han estado coordinadas para establecer unas medidas similares.
La situación es bastante crítica. Que la ciudadanía asuma las medidas de protección y seguridad sanitaria que le corresponden, es necesario y está bien. Pero los principales responsables de tomar medidas serias y eficaces son Osakidetza y Osasunbidea y los gobiernos de Gasteiz e Iruña. No se puede seguir así.
Es necesario protestar y con fuerza, de un modo abierto, unitario, plural y respetuoso para que las instituciones tomen medidas urgentes para poner freno a esta situación. El Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria está muy preocupado ante esta dramática situación y esta dispuesto como lo venimos haciendo desde hace tiempo- a apoyar y colaborar con toda iniciativa que plantee y exija con rotundidad a las instituciones: que vale ya; que tomen de una vez por todas medidas de inversión económica en medios sanitarios y plantillas para poner freno a esta situación.
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