Ukraniaren Alde.- Tras semanas en las que el goteo de refugiados Ucranianos ha sido constantes, Ayuntamientos y Gobierno Vasco no ofrecen respuesta a las necesidades más inmediatas.

El pasado día 5 aparecía la primera nota de prensa comunicando que el Gobierno vasco abriría un albergue en Irun para personas refugiadas con 150 plazas para el fin de semana del 12/13 de marzo.

El mismo día 11 de Marzo, el lendakari acudía al edificio Gordailu para asistir a la "Mesa institucional de coordinación para la acogida urgente de personas migrantes en tránsito".

Por otro lado, el correo habilitado para posibles familias de acogida, recibía en pocos días 1700 ofrecimientos de viviendas.

La realidad es que a día de hoy, no hay noticia de las familias de acogida, el albergue con las 150 plazas preparadas en Irun se encuentra inexplicablemente cerrado y una vez más, estamos viendo cómo Cruz Roja, CEAR, instituciones religiosas y las propias familias ucranianas residentes en la comunidad están saliendo al paso de la acogida a las familias que en un goteo incesante siguen llegando a nuestras ciudades.

Nos preguntamos ¿qué está ocurriendo para que el albergue de Irún siga cerrado? ¿Donde están las 1700 familias de acogida? ¿Quién se ha puesto en contacto con las familias ucranianas residentes que han acogido a sus propias familias para conocer sus necesidades? En la mayoría de los casos, se trata de familias inmigrantes humildes que han visto incrementado su unidad familiar en varios miembros. ¿Se ha habilitado algún tipo de ayuda para estas familias, como ayudas económicas, banco de alimentos, lugares de reunión y de información, Servicios psicológicos, etc.?

Una vez más, el colectivo de personas ucranianas en Euskadi nos está dando una lección de buen hacer.

Sólo pedimos a nuestros cargos electos que sepan estar a la altura de estos colectivos y de las circunstancias. Que se pongan las pilas y que no ofrezcan titulares de prensa falsos para quedar bien en la foto, sino soluciones reales que cubran las necesidades más urgentes e inmediatas de los refugiados, sus familias residentes en Euskadi, y las familias autóctonas que les han acogido.