LAB CAF.- El Gobierno Vasco anuncia la compra por 17 millones de euros del 1,76% de acciones de CAF. Con ello, la participación del ejecutivo alcanza el 3% de las acciones de la empresa. Los y las trabajadoras seguimos siendo dueñas del 24 % de la compañía, mientras Kutxabank posee el 14% de las acciones.

La disminución de la participación de KUTXABANK de los últimos años, está siendo absorbida en parte por el ejecutivo, pero la mayoría ha ido a parar a manos de inversores de los que desconocemos sus intereses.

El arraigo de la empresa en Euskal Herria es una de nuestras mayores preocupaciones, ya que el sector de la construcción ferroviaria esta principalmente copado por grandes empresas multinacionales y en este mercado los riesgos son importantes. Por ello, seguimos apostando por la participación directa de los y las trabajadoras en la compañía. Además, debemos desarrollar un modelo en el que además de asegurar el arraigo del accionariado, los y las trabajadoras seamos participes de las decisiones de la compañía.

El timón de CAF vira hacia una lógica multinacional, en la cual, el arraigo y las personas quedan en segundo plano, priorizando tan solo el beneficio. Así, vemos como CAF adquiere plantas en Polonia, Gales o Francia; vemos como mientras anuncian falta de carga para las plantas de producción vascas, desvían a la planta de México trabajo que estaba ya programado para Beasain; vemos como CAF sigue fabricando el tranvía del apartheid y la vergüenza en territorio palestino ocupado.

La propiedad pública de un 3% de las acciones de CAF de poco sirve, si no se desarrollan políticas que obliguen a las multinacionales vascas como CAF a priorizar la generación de empleo y el reparto de la riqueza en Euskal Herria. Todo ello, con ética empresarial y priorizando las personas.