En el Pleno de octubre, tras doce años, se aprobó la actualización de las Ordenanzas Fiscales del Ayuntamiento de Hondarribia con los votos a favor del gobierno municipal y en contra los de la oposición. Para hacer una cronología del proceso tenemos que remontarnos medio año atrás.
En la comisión celebrada el día 18 de abril se abrió el período para las aportaciones de los partidos, dándose de plazo hasta el 30 de junio (dos meses y medio). En Abotsanitz nos parecía una oportunidad magnífica para, empezando desde cero, presentar cada cual sus propuestas de mejora.
Pero, lamentablemente, fuimos los únicos que realizamos nuestros aportes en el plazo indicado.
El PSE-EE registró sus propuestas el mismo día de la convocatoria de la comisión, el 15 de octubre.
EH Bildu había inscrito las suyas unas semanas antes. Y EAJ-PNV no presentó ninguna propuesta, reafirmando en la práctica su negativa a participar en la dinámica de trabajo de este ayuntamiento.
Así llegamos al pleno de octubre donde se actualizaron y aprobaron unas tasas que no se habían tocado desde el 2012. Hay que subrayar, también en este caso, la dejadez del anterior gobierno jeltzale, el estancamiento de más de una década reflejado en los documentos guardados en disquetes, los precios todavía en pesetas, las tarifas de un parking (el de la Benta) hoy inexistente, etc.
Las ordenanzas salieron adelante con los votos del gobierno municipal y la oposición del PSE-EE y EAJ-PNV. Concretamente, el PSE-EE les achacó un afán recaudatorio, y el EAJ-PNV vaticinó que no se gastaría todo el dinero previsto en el presupuesto. Denunciamos la incoherencia del EAJ-PNV porque precisamente en este pleno se han explicado los límites de la ejecución del presupuesto, y, hasta la fecha, se ha gastado medio millón más de lo recaudado. A la campaña de embustes respondemos con datos.
Con todo, el resultado ha sido la actualización de la ordenanza fiscal. De acuerdo al IPC los impuestos se han incrementado un 3.5%. Porque durante doce largos años, mientras las tasas e impuestos estaban congelados, los precios subían. Además, dado que el remanente de tesorería no se puede tocar porque así lo marca la ley, el incremento de las contribuciones posibilita la oferta de nuevos servicios y la realización de nuevos proyectos enfocados a la política social: la reurbanización del Poblado de Pescadores y de Pasaia kalea, el autobús urbano, la cumplimentación de la cartera de Servicios Sociales y el traslado de estos a Muliate, etc. Por otra parte, también hemos aprobado otras medidas de carácter social en relación con los inmuebles y la tracción mecánica.
Por ejemplo:
Impuesto sobre bienes inmuebles:
- A las familias numerosas, con tres hijos(as), bonificación del 50%; con cuatro, bonificación del 70%, y con cinco o más hijos(as), del 90%, siempre que los ingresos familiares no superen los 80.000 euros.
- Bonificación al aprovechamiento de energías renovables en la vivienda habitual (hasta ahora también se beneficiaban las segundas viviendas).
- Aumento del recargo al 75% a las segundas viviendas O viviendas no habituales, equiparándonos a los pueblos del entorno (75% en Oiartzun, 100% en Tolosa, Zarautz y Hernani, 150% en Donostia e Irun).
- Estas segundas viviendas, al recibir bonificaciones, quedaban eximidas del recargo, pero este punto se ha anulado.
Impuesto sobre vehículos:
- Del parque de turismos de Hondarribia (9.123 en 2024), el 88,42% (8.067 vehículos) no padecerá subida alguna. Al 53.76% (4.905 vehículos) se les aplicará una rebaja, y el 11.58% (1.056 vehículos) sufrirá un aumento, o sea un mayor esfuerzo fiscal que los otros porque se trata de coches de lujo y gran potencia con mayor coste económico. Ver cuadro comparativo.
Aparte de esto, también son reseñables la reducción (del 50% y del 33%) de las tasas de cesión del cementerio, la ampliación de un año a dos de la aplicación del IBI y la imposición de tasas al uso privativo de las viviendas cuyo titular muera o a los edificios de propiedad municipal.
Hasta aquí los resultados de este proceso. Recordemos que nuestros objetivos son la justicia social en nuestro pueblo, el estímulo de una sociedad progresista que apoye a los sectores vulnerables, que priorice la calidad de vida de la ciudadanía hondarribiarra, a través de una política popular que funcione de abajo arriba.
En aras de esa justicia social hay que recortar la diferencia entre las rentas, de manera que fiscalmente las personas que ganan más realicen un mayor esfuerzo que las de ingresos menores.
Hasta ahora ha sido al revés, es un terreno que tenemos que cultivar entre todas y todos, con las políticas sociales como instrumento, desterrando los modelos que posibilitan hondarribiarras de primera y de segunda clase.