Este colectivo donostiarra denuncia que se haya desalojado, detenido y expulsado a personas en un edificio de Martutene. Cabe recordar que en Irun se ha producido un hecho igual donde se desalojó a nueve personas en el edificio de la antigua Aduana.

“Desalojar, detener, expulsar”. Estos son los verbos que según este colectivo “saben conjugar las Administraciones”. Critican que “en esta materia van de la mano policía local, Ertzantza y Policía Nacional”. Añaden que “se supone que policía local y Ertzantza no deberían intervenir en materia de extranjería, reservada a la policía nacional. Está visto que en esta materia todos quieren arrimar el hombro”.

Entienden que esto es una total contradicción ya que “hace apenas unos días el Gobierno Vasco vendía como un gran avance la asunción de competencias en materia de inmigración. Se suponía que era para facilitar las cosas a esos miles de personas venidas a nuestra tierra en busca de un futuro mejor y que se encuentran con una legislación negadora de derechos y una sociedad con miradas prejuiciadas y prácticas discriminatorias”. “Pues no”, aseveran y continúan su denuncia que “a la hora de detener y expulsar a quien no tenga su situación regularizada, no hay diferencias, todo es colaboración. Lo están sufriendo en sus carnes las 29 personas detenidas en el edificio de Martutene”.

Denuncian que “en los medios de comunicación hablan de redadas, como si estuviéramos ante hechos delictivos”, continúan “y se extrañan del alto número de personas residentes en ese edificio. ¿No saben que son varios cientos las personas que no tienen dónde dormir en nuestra ciudad? Esto también se evitaría si se dispusiera de alojamientos como el de La Sirena que venimos reclamando desde Harrera Sarea”.

Explican que “esta realidad echa por tierra los discursos institucionales que hablan de acoger a todas las personas que vienen de fuera”. Ante ello, reclaman “la puesta en libertad de todas las personas detenidas y dejar sin efecto las órdenes de expulsión”. Y, nuevamente, reclaman que “se habiliten plazas de acogida para las personas en situación de calle y que se ven obligadas a buscar cobijo en edificios abandonados, como el de Martutene, cargando con el estigma de okupas”.

Reivindican que “cada día es más urgente atender a reivindicaciones como la de abrir La Sirena”.