Publicado originalmente en euskera en bidasoa.hitza.eus.
En el gaztetxe han estado reflexionando durante cinco meses para que el espacio fuera seguro. Han madurado un protocolo, pero el proceso no ha terminado en eso. Continuarán revisando conductas, dinámicas y protocolo.
A principios del año pasado, en el Gaztetxe Lakaxita la asamblea local identificó los problemas de seguridad y en junio se aprobó por unanimidad que el gaztetxe no era un "espacio seguro". Posteriormente, en julio, se produjo allí una agresión sexista que fue la gota que faltaba para que el agua se desbordara. Se decidió suspender toda la programación y cerrar la puerta del gaztetxe. También realizaron una concentración para denunciar aquella agresión, el pasado 22 de julio. "Si no sabes andar sin agredir, drogar y violar a las mujeres, quédate en casa", denunciaron.
Oihane Amoedo de la asamblea, recuerda que en los meses posteriores al verano se consolidó la idea de que "había necesidad de un protocolo" y se pusieron en contacto con la Fundación Joxemi Zumalabe. La asamblea estaba convencida de la necesidad de reflexionar y en noviembre iniciaron un proceso al frente de la fundación. "Hemos querido aprender cómo actuar ante las agresiones y después. Todes hemos visto diferentes situaciones y muchas veces no hemos sabido cómo gestionarlas", dice Unai Arruabarrena. Y es que Aritz Irazoki ha precisado que en el gaztetxe hay un cartel que pone "ir a la barra" ante las agresiones: "Pero, ¿quién sabe lo que hay que hacer? Ahora, después del proceso, sé cómo se puede responder y cómo no". Amoedo añade que hasta ahora el protocolo era "muy básico" y considera que faltaba "conciencia".
También se han centrado en la prevención. Amoedo dice que es necesaria una perspectiva "transversal", "en todos los actos, en los carteles... En la imagen sobre nosotros debe estar presente la perspectiva feminista". Uno de los objetivos ha sido también poder transmitir su disposición a responder ante diferentes situaciones. Se construye un espacio seguro, el lema que tienen ahora.
Proceso
Asimismo, Arruabarrena señaló que el proceso les ha servido para estrechar lazos entre las personas de la asamblea. Las personas de la asamblea del gaztetxe y las personas que están a la vuelta de Lakaxita han estado reflexionando, ya que el gaztetxe "no es sólo parte de la asamblea", ha destacado Amoedo. "La mirada de la gente que se implica en diferentes formas de ver lo que pasa dentro ha sido fundamental", añade Irazoki. Así, la convocatoria fue abierta y una veintena de personas han realizado el proceso. La franja de edad de los participantes ha sido amplia, de 19 a casi 60 años. El proceso ha comenzado en noviembre de 2023 y ha finalizado en abril de 2024. En total, han realizado cuatro sesiones; las dos primeras fueron no mixtas y las dos últimas mixtas.
Arruabarrena ha explicado que las sesiones de los hombres fueron aprovechadas para observar "actitudes violentas y paternalistas". Se colocaron en la posición de las personas implicadas ante alguna agresión, con unos juegos de rol. Tomaron una conversación diaria y cumplieron los papeles de la persona agresora, de la persona agredida, y de la amiga de la persona agredida. Al mismo tiempo, se habló del espacio físico, "cuáles son lugares más oscuros o más claros", ha precisado Irazoki.
La primera sesión de las mujeres fue teórica, "hablamos sobre el objetivo de que todas tengan la misma perspectiva", señala Amoedo. Repasaron conceptos. En la segunda sesión, en cambio, se realizó una elaboración sobre el cuerpo. "La reflexión, además de dar margen para pensar, ha sido muy importante para identificar qué es lo que nos mueve desde dentro", dice Amoedo. Recuerda que compartir emociones ha sido "emocionante".
Finalmente, en la quinta sesión mixta tuvieron que presentar un borrador de protocolo. Por lo tanto, el protocolo ya ha sido redactado, pero están convencides de que el trabajo realizado hasta el momento no ha terminado. La asamblea del gaztetxe se comprometen a revisar tanto el protocolo como las respuestas que se vayan a dar. "Vamos a estar desarrollando estrategias de detección de agresiones y violencia durante todo el año y de forma continua", ha precisado Amoedo. Crearán un grupo de trabajo para seguir trabajando en el protocolo y quieren que sea transversal. De hecho, para redactar el protocolo actual se han basado en otros ya redactados y ahora quieren escribir uno que se acerque más a las características de Lakaxita.