Agresiones Sexistas en Mosku y en el Gaztetxe

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Hablaré de estos lugares pues son espacios de disidencia, donde trabajamos, vivimos y bailamos personas pertenecientes a colectivos o a sus redes. Muchxs de nosotrxs intentamos liberarnos de la dominación patriarcal, y en consecuencia tenemos la obligación de trabajar este tema.

Mucha gente que andamos en Mosku y en el Gaztetxe, deseamos poder vivir gozando, confiando y sin guerras entre sexos, aun siendo milenios los que nos separan de las sociedades pre-patriarcales.

Intentamos aplicar en nuestras vidas bellas utopias, a veces con resultados muy enriquecedores, otras veces no. No hablaré de situaciones abstractas o violencia simbolica, sino de -agresiones sexistas físicas impuestas en los espacios anteriormente mencionados, en nuestros nidos de resistencia, y llevadas a cavo por conocidos, amigos o compañeros de lucha-.

Es muy grave.

Es grave que algunos varones que trabajan con nosotras en construir una manera de vivir alternatiba, nos agredan o violen. Pero es todavía más grave mantener estas situaciones encubiertas. Proteger a la persona que ha agredido y acusar a la que ha enfrentado su violencia de exagerada y mentirosa.

Las mujeres que han enfrentado este tipo de violencia, en muchas ocasiones no quieren denunciarlo públicamente. En este contexto, un caso actual, ¿que hacemos, sabiendo que un trabajador de Kabigorri ha maltrado a más de una, pero los zipayxs no tienen denuncia?  Se está protegiendo la inocencia del agresor, y escondiendo lo sucedido.

Lo que este varón argumenta es que sus parejas han estado taradas. Típico, la víctima es él, ya.

¿Somos todas unas exageradas, paranoicas y mentirosas?

NO ME JODAS!

¿Creemos en la policia para estas situaciones o debemos tomar medidas?

¿A quien protegemos?

Hace tiempo que debió de hacerse realidad el respeto hacia las mujeres, pero parece que todavía no lo ha entendido todo el mundo, es hora de creer en los testimonios de las mujeres y de tomar medidas al respecto.

Cuando se da una agresión sexista en un bar o en el gaztetxe (si.. pasa muchas veces..) el agresor debe dejar el espacio, pirarse. Desgraciadamente no suele pasar esto la mayoría de veces.

Una propuesta: cuando se de una situación como ésta en Mosku o en el Gaztetxe, pedir ayuda a la gente de alrededor, confiar en la que ha sido agredida, y mandar a tomar por culo al agresor. Si no se consige, armadxs de valentía, avisar a quien está en la barra, que quite la música hasta que la persona que ha agredido se vaya.

Esta puede ser una solución momentanea, pero tenemos varios casos que todavia no están resueltos. Personas que después de haber sido denunciadas en espacios alternativos siguen agrediendo, también en nuestro entorno, haciendo vida normal, protegido por Moskobitas. Y cuantos que nisiquiera se han denunciado, y es que.. 

¿Merece la pena denunciar ante tal panorama? 

No creo que quien ha agredido se convierta en agresor automaticamente pero es absolutamente importante que reconozca que ha agredido. Aunque en el momento no sintiera que estaba actuando en contra de la voluntad de la otra persona. Sin este paso, no se podrá hacer ningun trabajo con esta parte implicada, si no es reventarle la cabeza contra la petrilla. El entorno no puede encubrir la agresión, ni proteger su inocencia. Esto no significa que haya que dejar de quererle.

La persona que ha sido agredida, debe sentirse protegida por el entorno una vez haya dicho lo que vivió, cosa que no pasa siempre en Mosku y en el Gaztetxe, y si hace falta se vetará el espacio vital de la persona que ha agredido hasta que su víctima asi lo desee.

Son propuestas, sensaciones que he percibido en los entornos que he mencionado, espero que abra un debate que tenga en su centro el respeto, que se trabaje la prevención y se elaboren protocolos de actuación, que de una puta vez se tome en serio esta violencia.

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Hace ya una década que el colectivo ESCANDA en Asturias redactó una propuesta de protocolo que puede servir como base de discusión a los colectivos.

Como Enfrentar el Acoso y las Agresiones Sexuales en Espacios Alternativos: una Propuesta de Proceso

Este documento fue desarrollado por un grupo de trabajo durante un seminario sobre género que tuvo lugar en Escanda en septiembre de 2003. Much@s participantes habían estado anteriormente en situaciones en las que hubiera sido muy útil disponer de un marco colectivo de este tipo. Por este motivo, desarrollamos este conjunto de recomendaciones a partir de las experiencias de lo que había y no había funcionado en casos pasados a la hora de enfrentarse de forma constructiva a situaciones de agresión sexual en nuestros espacios. La propuesta está basada en la sugerencia de plan de acción anti-agresiones desarrollado por gente de Acción Anti-Fascista de Estocolmo, quienes realizaron gran parte del trabajo, por lo que les hacemos llegar nuestro respeto y reconocimiento.

Nunca trabajaríamos con un racista, así que ¿por qué trabajar con un acosador o un violador? La lucha contra el sexismo no es menos importante que la lucha contra el racismo u otras formas de agresión discriminatoria. Pero el sexismo y los comportamientos sexistas se aceptan demasiado fácilmente, también en "nuestros" espacios, y la lucha antisexista a menudo no es una prioridad política real. Esto tiene que cambiar. La responsabilidad de crear espacios no sexistas tiene que ser compartida por todo el colectivo. Queremos crear un ambiente donde quienes sufran comportamientos sexistas o agresiones sexuales se sientan con la capacidad y fuerza de denunciarlo, y tengan la certeza de que siempre se les tomará en serio.

Este procedimiento contra las agresiones puede ser parte de un esfuerzo más amplio para dar prioridad a la creación de ambientes antisexistas. La incorporación explícita y central de principios y procedimientos claramente antisexistas en las formas en que organizamos nuestros eventos y espacios mostraría que nos tomamos en serio la lucha contra comportamientos sexistas y agresiones sexuales. También permitiría continuar con otras tareas importantes mientras nos enfrentamos a estos incidentes, y reduciría en gran medida la confusión, los miedos y la rabia que siempre se dan cuando se hacen públicos los casos de agresión sexual o violación. Esto haría nuestros espacios más abiertos y seguros.

Hemos decidido utilizar casi siempre un lenguaje neutral en cuanto a género en esta propuesta, pues cualquiera puede ser víctima de una agresión sexual. Sin embargo, también somos plenamente conscientes de que la inmensa mayoría de las víctimas de estas agresiones son mujeres, y que una mayoría aún mayor de agresores son hombres.

Nuestor objetivo con esta propuesta es encontrar modos de enfrentarse al acoso o la agresión sexual y a la violación en todos nuestros espacios. No obstante, las condiciones para llevar a cabo el proceso serán diferentes si se trata de un caso local, donde la gente se conoce y hay tiempo para afrontar los problemas sin prisas, o cuando ocurre en un evento multitudinario que dura apenas algunos días. Por tanto, es necesario adaptar esta propuesta a las distintas circunstancias.

En grandes reuniones o encuentros, es buena idea que se designe desde el principio a una persona o grupo al que cualquiera pueda acudir si siente comportamientos sexistas o es víctima de una agresión sexual o violación. La responsabilidad de ésta persona o grupo sería poner el proceso en marcha lo antes posible y mantener informado al plenario, para reducir los cotilleos y malentendidos (algo especialmente importante debido a la vulnerabilidad emocional generada por estas situaciones). Reconocemos la importancia de tener un proceso abierto y transparente para que los conflictos relacionados con el género no se resuelvan a puerta cerrada, como se ha hecho tantas veces. No obstante, también debemos respetar la privacidad y la confidencialidad de la víctima, por lo que es importante encontrar un equilibrio entre estos dos objetivos.

Esta propuesta es una colección de herramientas, no un dogma, hay muchas formas de enfrentarse a las agresiones sexuales y las violaciones que deberían ser exploradas, también fuera de nuestros espacios. No hay un proceso perfecto para enfrentarse a estos temas: cada manera de hacerlo será una negociación entre ideas importantes como es la justicia, la autonomía, o la confianza. Este es el equilibrio que proponemos, basado en los siguientes principios:

a) La víctima siempre define qué cuenta para ella o él como acoso o agresión sexual o como violación, y el grupo siempre le debe de creer.

b) La mayoría de la gente puede cambiar sus actitudes y comportamientos sexistas, por lo que la exclusión inmediata y final no es la solución perfecta. El objetivo debería ser la reintegración y la rehabilitación del agresor en nuestros espacios.

c) Poc@s de nosotr@s tenemos las capacidades necesarias para dar las atenciones que precisa una víctima de violación ni para rehabilitar a un violador. En estos casos es mejor acudir a profesionales. Por tanto, las recomendaciones que siguen no se refieren a situaciones en que se ha utilizado violencia extrema, sino a casos menos traumáticos de acoso o agresión sexual, que son desafortunadamente una realidad casi cotidiana también en nuestros espacios.

Sobre esta base, estos son los pasos que podemos dar sin implicar a las autoridades estatales:

1) Cuando alguien dé a conocer una agresión o una situación de acoso, o cuando comienza a haber rumores sobre algún caso, deberían formarse lo antes posible dos grupo para tratar el caso: el grupo de apoyo a la víctima, y el grupo de contacto con el/la agresor/a. Mientras estos grupos no se hayan formado, el/la agresor/a no será bienvenido a las actividades o espacios donde se haya producido el incidente.

2) Si la víctima está de acuerdo, se debería convocar lo antes posible una asamblea, para informar sobre la situación y formar los grupos. Si no hay asamblea, se deben formar los grupos de manera informal.

3) La función de uno de los grupos será hablar con la víctima. Este grupo debería estar formado por gente de confianza de la víctima confía, que le sean cercanas. Los objetivos serán:

a) escuchar todo lo que quiera expresar,

b) darle apoyo, y

c) ver qué opinión tiene sobre la forma de llevar a cabo el proceso, y si tiene alguna sugerencia al respecto.

4) La función del otro grupo será hablar con el/la agresor/a. Sería positivo que las personas de dicho grupo le conozcan y tengan su confianza, pero que sean capaces de criticarle y enfrentarse a sus actos. Los objetivos de este grupo serían:

a) escuchar su versión,

b) hacer llegar esta versión a la víctima, y

c) pedir al agresor una reflexión, que intente ponerse en el lugar de la víctima para comprender cómo se siente y por qué.

Es importante recordar que es difícil admitir públicamente un acto de agresión o acoso sexual, por lo que es necesario un cierto grado de confidencialidad para que el/la agresor/a pueda confrontar sus actos. No obstante, para limitar los rumores es importante que posteriormente haya un flujo de información hacia el grupo, una vez que el caso se haya resuelto.

5) El grupo de apoyo a la víctima y el grupo de contacto con el/la agresor/a (y la víctima si quiere participar) desarrollarán una línea de trabajo a seguir con el agresor, decidiendo sobre cuestiones como: ¿Debería el/la agresor/a ser excluido/a totalmente? ¿Podría seguir presente en contextos y espacios donde la víctima no tenga ningún contacto con él/ella? ¿Podría el/la agresor/a ser readmitido/a si está dispuesto/a a admitir su problema y trabajar en su resolución? El motivo de todo esto es crear una base para que el agresor entienda qué ha ocurrido - a menos que se trate de un caso de violación o de sexismo agresivo y consciente, en cuyo caso no hay nada que entender - y el objetivo es que no repita nunca ese tipo de comportamientos. Durante el proceso, el grupo de apoyo debe estar en contacto permanente con la víctima para contarle qué ocurre y ver cómo se siente. Cuando el problema se saca a la luz, el dolor puede regresar, y tal vez la víctima necesite aún más apoyo que al principio. El objetivo es ayudar a la víctima a expresar en palabras lo ocurrido y reforzar su autoestima.

Creo que los sucesos sacados a la luz en el texto estan creando una gran preocupacion. He de aclarar que se ha mencionado solo el caso del Kabi, por: no querer sacar a la luz los nombres de los agresores, y por el inmovilismo de la mencionada asociacion ante tal atrocidad.

El texto que Xare ha compartido -mil gracias- puede darnos alguna pista sobre que hacer. Es un tema que merece ser tratado con seriedad y que no se convierta en una telenovela, como ha solido pasar.

Por esto, creo las personas que tenemos interes en limpiar la lacra de nuestro hogar deberiamos juntarnos un dia y ver que podemos hacer.

Deseo que alguien conteste y que pasemos de la contemplacion a la accion.

Nada más, que tengais un esplendido dia.

Ramon von Zumitrenko.- El texto aborda un tema muy delicado. Algunas de las ideas me parecen importantes, básicamente la de que las actitudes sexistas son algo a tomar con la debida seriedad y a trabajar individual y colectivamente, sobre todo en espacios 'alternativos', de disidencia, o como quieran llamarse. Aunque se intenten construir espacios con valores feministas, la mayoría de nosotros hemos sido educados en entornos muy distintos a ese, por lo que es algo que no va a funcionar de manera natural si no se le dedica el esfuerzo necesario y no se activa una conciencia autocrítica a nivel individual y de grupo.

También es importante que las personas que denuncian sean respaldadas por estos entornos, y tomadas muy en serio.

Hay algunas cosas que me han sorprendido. En primer lugar la referencia al gaztetxe Lakaxita. No creo que sea precisamente un buen ejemplo de lugar en el que no se toma en serio este tema. La única vez en la que se ha visto afectado indirectamente por algo parecido se tomó muy en serio y se trató en profundidad, y para hacerlo bien se buscó ayuda profesional, concretamente del colectivo on:giz. También se organizaron varios talleres por medio de dicho colectivo, para mujeres, hombres y mixtos con el fin de abordar las actitudes y prácticas sexistas que podamos tener a la hora de tratarnos, en los procesos de decisión o simplemente a la hora de tomar la palabra una asamblea. Siempre se puede hacer más y mejor, pero no estoy seguro de que la persona que escribe el texto esté al tanto de esta realidad. Si tiene constancia de agresiones en el gaztetxe creo que debería acudir a la asamblea del mismo, estoy seguro de se le escuchará y se tomarán medidas.

En segundo lugar, me parece que es un poco contradictorio pedir seriedad a la hora de abordar este tema y al mismo tiempo escribir un artículo anónimo en el que se vierten acusaciones muy graves pero tan difusas. No sé a quién se refiere el texto (en Kabigorri han trabajado bastantes personas) y desgraciadamente una acusación de este tipo puede poner en marcha una buena dosis de rumorología, algo a evitar a toda costa cuando se trata de un tema de tanta gravedad. Aunque no conozco en profundidad como funciona Kabigorri, me parece que sería una buena idea tratar el caso en la asamblea de dicho colectivo de manera parecida a como se hizo en el gaztetxe.

Desde KABIGORRI BIDASOALDEKO ATENEOA queremos comunicar que esta Asociación no tiene conocimiento de que ninguna de las personas que tiene o ha tenido contratadas sea maltratador o maltratadora, además, KABIGORRI BIDASOALDEKO ATENEOA, comunica a las personas autoras de este escrito, a las que han colocado las pegatinas en el Ateneo y a todas aquellas que pudieran tener algún conocimiento objetivo sobre los supuestos hechos denunciados que tiene en las personas socias de este colectivo a un grupo dispuesto a colaborar.