Federación de Asociaciones de Vecinos y Vecinas "Oiasso 200"-. Desde que se expuso el avance del nuevo PGOU han sucedido  muchas circunstancias de tipo económico y social que merecen una reflexión.

La crisis económica y social ha golpeado, también, a nuestra ciudad: 

• Muchas empresas han cerrado, con la consiguiente repercusión en el empleo.  Lo que supone un empobrecimiento de muchas familias, y el consiguiente efecto en: personas que tras haber perdido su empleo no ven ningún horizonte para realizar una vida digna; menos recursos de las familias para el consumo (efecto diferido en el comercio de barrio y de ciudad); dificultad para adquirir una vivienda en propiedad (incluso de VPO con derecho a superficie); familias con riesgo de perder su vivienda, por no poder pagar su hipoteca o su alquiler.
   
• El pinchazo de la burbuja inmobiliaria también ha hecho mella en Irun, lo que ha supuesto que los promotores inmobiliarios hayan frenado, de una forma  drástica, sus inversiones. Cada vez más familias de nuestra ciudad carecen de recursos para acceder a una vivienda en cualquiera de sus modalidades (propiedad, VPO, alquiler libre,…)
   
• En los polígonos industriales hay, cada vez más, pabellones vacíos y menos empleo.
   
• Se incrementa el cierre de pequeños comercios. Y, contradictoriamente, se incrementa el número de hipermercados; lo que agrava, todavía más, la situación del pequeño comercio.
   
• Algunos jóvenes están empezando a dedicarse a la agricultura, por su cuenta, cómo forma de tener una actividad que les permita tener un mínimo de autonomía personal; a pesar de carecer de las ayudas necesarias, de índole económico, … Se da la paradoja que en el PGOU no aparece ni una línea que haga referencia al sector primario.

Desde esta federación pensamos que lo señalado anteriormente merece una profunda reflexión, tanto por parte del gobierno municipal, los grupos municipales y los colectivos sociales de nuestra ciudad. Estamos viviendo una situación económica y social que requiere otros objetivos que los tratados, originariamente, en el avance del PGOU; teniendo en cuenta la evolución experimentada desde entonces.

Oiaso 2000 valora positivamente los esfuerzos realizados, desde el consejo asesor de planeamiento. Se han modificado algunas cuestiones que eran conflictivas, y se ha conseguido ciertos consensos. Pero pensamos que, dada la evolución experimentada en estos pocos años, difícilmente imaginables cuando se comenzó a redactar este nuevo PGOU; es, desde un ejercicio de responsabilidad, obligado encarar esta nueva realidad y buscar nuevos diagnósticos. Sería un profundo error cerrar este PGOU sin realizar las siguientes observaciones:

• Seguir con la política de vivienda anterior, solamente nos puede llevar a incrementar el parque de viviendas vacías.  Es necesario un cambio de rumbo; realizar un estudio de viviendas vacías, empezando por las de las entidades financieras e inmobiliarias; buscar fórmulas (tanto las existentes desde el G.V., cómo otras nuevas) para ponerlas a un alquiler social asequible. También, apoyar planes de rehabilitación y optimización energética de viviendas y edificios. Sería un error abarcar nuevos ámbitos para la creación de más viviendas, sin haber realizado dicho estudio. Pensamos que, dada la nueva realidad social, la mayoría de las familias –solamente- pueden  acceder a una vivienda digna a través de un alquiler social.
   
• Dándonos una vuelta por los diferentes polígonos industriales, observamos  un panorama desolador. Desgraciadamente, cada vez cierran más empresas; y muchas  de las que sobreviven  atraviesan una situación muy comprometida (falta de pedidos, dificultades de financiación, EREs,…). Por lo que pensamos que hay que reconsiderar lo contemplado, en este PGOU, de nuevas recalificaciones  de  suelo a industrial. Hay que realizar un profundo estudio sobre los actuales polígonos industriales; calcular cuántos pabellones están vacíos, cuántos están infrautilizados, y estudiar fórmulas para su máxima optimización. Lo cual haría, desde nuestro punto de vista, innecesario abarcar algunos ámbitos para actividad industrial. 
   
• El pequeño comercio, sobre todo en los barrios, atraviesa una dramática situación. Es necesario realizar un estudio para redimensionar el comercio en nuestra ciudad; ayudando, principalmente, al pequeño comercio. Desde nuestro punto de vista, la proliferación de hipermercados está ayudando a hundirlos. Hay que tener en cuenta la importancia del pequeño comercio en los barrios; tanto en creación de empleo, cómo en lo que supone de actividad social. Un barrio sin comercio, es un barrio muerto.
   
• Varios jóvenes bidasotarras, sin perspectivas de encontrar empleo, están creando sus propios espacios de actividad agrícola, tanto en nuestra comarca cómo en Oarsoaldea. Sería necesario realizar un estudio para potenciar el sector primario, con la colaboración de Bidasoa activa y de otras instituciones. Existen diferentes experiencias, en otros lugares. Sería interesante, tenerlas en cuenta, adaptándolas a nuestra realidad. En los tiempos que vivimos, cualquier fórmula para crear actividad y empleo debe ser tenida en cuenta.
   
• Hay que cambiar la actividad económica de los últimos años (bastante ligada al ladrillo, y otras actividades económicas de escaso valor tecnológico); sectores todos ellos sin futuro.  Para crear empleo, se debe potenciar otros sectores: agrícola, de investigación y desarrollo, de atención pública a sectores dependientes, de eficiencia energética, pequeño comercio, hostelería y turismo,… Para lo cual se debe contar con el apoyo de otras instituciones; pero teniendo las ideas claras sobre qué sectores debemos potenciar, y cuáles no.

Estas reflexiones son un punto de partida para debatir y consensuar. El futuro de l@s irundarras depende, en gran medida, del acierto que tengamos a la hora de acertar o no en los diagnósticos de este nuevo PGOU. Y pensamos que es necesario, sin menoscabo del trabajo realizado hasta ahora, saber valorar la actual situación económica y social que estamos atravesando, y el futuro que nos depara a corto y medio plazo. Irun y l@s irundarras nos lo demandan.