Negras tormentas..., ¿oportunidad o barbarie?

fotoEn un anterior artículo ya adelantábamos una nueva partida por parte del ayuntamiento para las Ayudas de Emergencia Social y nos preguntábamos, y nos preguntamos, por la situación real de nuestro pueblo. No augurábamos nada positivo pues los indicios eran claros. Esta semana misma hemos podido leer declaraciones del delegado de Hacienda, Miguel Ángel Páez nada alentadoras, dejando claro que nuestros augurios no eran nada descabellados.

El pasado año el mes de octubre el ayuntamiento se vio obligado a hacer una aportación extraordinaria de 41.000 euros dado que la demanda superaba la oferta. Este año ya se adelantó una partida de 74.000 euros en el pasado mes de junio dado que para esta fecha los 577.000 euros aportados para dichas ayudas por el Gobierno Vasco estaban prácticamente agotadas. El pasado 1 de agosto esta partida se incrementaba con otra de 117.683 euros. Un hecho que hacía sospechar un fuerte aumento en las peticiones de ayudas en los servicios sociales municipales. Lo confirma el propio Miguel Ángel Páez, «los servicios sociales nos indican que el problema no sólo no disminuye sino que aumenta». Todo ello a pesar del «relativo optimismo con que se han recibido los datos del desempleo en los últimos meses».

Estas declaraciones del delegado de Hacienda se dan en el contexto de una información respecto a los próximos presupuestos, hay que recordar que estos serán los últimos de esta legislatura. La falta de calores estacionales de este verano parecen estar supliéndose con los calores estacionales de las próximas elecciones municipales. Suenan platillos, y ante la situación de empobrecimiento de la población aseguran en un gesto de claramente electoral «que quedará garantizado el apoyo a las familias que peor lo están pasando». No parece que los hechos pasados avalen estas afirmaciones. Puede que el desempleo baje pero no así las altas en la seguridad social. Un desempleo precario que puede quedar registrado como baja con sólo unas horas al mes trabajado. Un tejido económico local que no hace más que adelgazar siendo en ocasiones sustituido por empresas multinacionales con empleos precarios que no permiten el disfrute de una vida plena, con contratos por horas mal remunerados. Es la marca del sector servicios que tanto se apuesta desde las instituciones. Mientras, las visitas a los servicios sociales de personas que han agotado todos los recursos aumentan. Aumenta el número de personas que se acercan al comedor social, para el primer trimestre se habían ocupado las 60 plazas disponibles, los y las usuarias del Punto de Encuentro Social no paran de crecer. Las ayudas de comida no parecen ser suficientes para la gran demanda existente. Un suma y sigue, a la que en estos meses electorales afirman que garantizaran «el apoyo a las familias que peor lo están pasando». Bien estaría que ello se trasladara en un sustancial aumento de los recursos al comedor social y Punto de Encuentro, de mayores partidas para ayudas sociales de emergencia y alimentos, como decíamos un suma y sigue.

Los tiempos vienen mal dados pero pueden suponer una oportunidad para las personas, para su participación en las soluciones de los problemas. Siempre que pongamos en nuestras prioridades «ser protagonistas de nuestras propias vidas haciéndonos responsables de todas las cosas que nos afectan, entendiendo esto al fin y al cabo como participación»[1] y tener muy presente que los problemas son sociales y no personales por lo tanto las soluciones han de ser sociales y no personales. De lo contrario la barbarie tomará nuestras vidas destruyéndolas con mayor o menor fortuna dependiendo de la velocidad con que las destruya.

Notas:

1. Vivir en Buenos Aires. Tres décadas empeñados en tejer comunidad. Roberto Porras. Zambra, Baladre. (Buenos Aires es un barrio de Salamanca)

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