¿A quién beneficia el racismo y la xenofobia? Difama que algo queda

fotoEn las últimas semanas se ha hablado y se viene hablando mucho, de modo sobredimensionado y sesgado, sobre el fraude en torno al tema de las ayudas sociales desde posiciones, que cuando menos rozan el racismo y la xenofobia.

Por un lado tenemos un viento sur que procedente de Gasteiz toma fuerza alimentado por corrientes más nórdicas pero que también sopla en nuestro pueblo, y que de momento sólo llega a una ligera brisa sino a simple pedorreta. La situación de retroceso electoral y la necesidad de crearse una nueva identidad poíltica en los tiempos en que el recurso al se acaba España y al todo es ETA, ya no mueven su molino con la fuerza que lo hacía antes. Si añadimos que PSE y PNV se han hecho fuertes con el slogan de "Gipuzkoa es un vertedero por culpa de Bildu" parece hacer al Partido Popular buscar un nuevo caladero de votos con la idea "de fuera vendrán y de tu casa te echarán" para mellar uno de los espacios donde existe una mejor disposición del Estado a un sistema (aunque muy mejorable) de ayuda social y lucha contra la pobreza.

Tras un mensaje que juega peligrósamente con la xenofobia y recurriendo al "que malos son los moros" el PP ha fijado sus munición dialéctica contra la política de ayuda social que se resiste frente al lema de "hay que recortar". Por desgracia no son pocos los ciudadanos que caen en su trampa, con unas condiciones de vida que se precarizan, todas a nuestra manera hemos aumentado nuestro nivel de alerta sobre la gestión pública. Y mientras vemos con horror como día sí y día también el partido del gobierno de Madrid se enfanga en la ciénaga de la corrupción estos apuntan en otra dirección para que lleguemos a la conclusión que nuestro dinero se lo llevan "otras".

Se destapó Maroto, el alcalde de Gasteiz, con unas declaraciones y denuncias hacía la población magrebí, le secundó De Andrés, el Diputado General ampliando la denuncia a SOS Racismo y les arropó la presidenta de su partido, Arantza Quiroga. Esta ilustre irunesa, no sólo  ha entrado al trapo en este debate endemoniado y altamente viciado e interesado, el concejal del Ayuntamiento de Irun, Santiago Reyes, ha hecho sonar estas mismas notas en una entrada publicada en un grupo de Facebook.

"Sobre el incendio de la calle Juncal acontecido esta tarde. Comentaros que al salir del funeral en la Parroquia me he acercado para ver los daños y justo en ese momento la Ertzaina ha acompañado a una de las inquilinas a que vieran cómo ha quedado la cada y que cogieran lo que creyeran oportuno de la casa. Se da la circunstancia que las personas que han subido al piso eran las que suelen estar mendigando en la puerta de la Iglesia, reciben ayudas sociales y reciben alimentos de alguna de las múltiples organizaciones que lo hacen en la ciudad. Los hombres que están allí son los que suelen andar a todas horas alrededor de la plaza Urdanibia en actitud sospechosa.

La persona que ha subido al piso ha bajado de él un fajo de billetes de 100 de un par de dedos de grosor y un puñado de pulseras , cadenas etc que parecían de oro. Todo ello ennegrecido por la ceniza. Los billetes parecían bastante quemados, pero lo sorprendente de todo ello era la cantidad de dinero que tenían en su casa. Seguro que ninguno tenemos la mitad de la mitad de eso en la nuestra.

No hablo ni de su nacionalidad ni raza. Pero lo que acabo de escribir lo he visto hace cosa de una hora. Juzguen ustedes."

Captura_pantalla_2014-09-22Analicemos algunos asuntos del mensaje. El concejal sale de un funeral, y va andando a la Calle Juncal. Allí ve unas personas con billetes que tenían entre sus pertenencias y algunas joyas. Ahora resulta que por algo las conoce, pero el qué y el porqué las conoce no se desvela. Resulta que sin pruebas ni datos esas personas

  1. Mendigan en la puerta de la iglesia
  2. Reciben ayudas sociales
  3. Reciben alimentos de alguna de las múltiples organizaciones sociales
  4. Los hombres se mueven en actitud sospechosa por determinada zona.

Bien, el punto primero lo puede haber visto con sus propios ojos. El punto segundo es mas raro, porque está desvelando información que se supone que afecta a la intimidad de las personas. ¿Tenemos derecho a identificar públicamente a quien recibe ayudas sociales? En el punto tercero aplicamos la misma variable máxime que no es un problema que atañe lo público sino a las organizaciones de bancos de alimentos. El punto cuatro ya es para la carcajada ya que el concejal no nos aporta un critero de evaluación que nos ayude a diferenciar entre que es "moverse en actitud sospechosa" o no.

El racismo y la xenofobia, un grave problema para la convivencia

Lo que era un incendio en una vivienda se ha convertido en una serie de rumores y acusaciones no fundadas y si intencionadas de la mano de un cargo político. ¿Es ésta la responsabilidad que exige el cargo que ostenta? ¿Esta es la forma que tiene este concejal de entender la convivencia y la solución a los problemas de la misma? ¿Ha sido un acto inconsciente o consciente? ¿Ha sido una metedura de pata o algo meditado? Por el momento no se ha retractado por lo que algunas preguntas quedan resueltas. No sólo eso si que que ante la pregunta de por qué no denuncio los "hechos" trato de "arreglarlo" y acabo reiterándose. «Esa gente tenía una cantidad de dinero en su casa, eso no es delito y por tanto no hay nada que denunciar. Lo que yo quiero compartir con vosotros es lo extraño que parece que gente que tiene que recurrir a mendigar tenga esos ahorros»

Sea con la motivación que sea, una persona con responsabilidad política no está limitándose a relatar unos hechos sinó que está ejerciendo de pirómano en temas de importancia como estos. De hacerlo, bien sea por convicción ideológica o cálculos electoralistas o ambas, la gravedad de declaraciones de este tipo es alta y con consecuencias imprevisibles a medio y largo plazo. En cualquier caso, es de una irresponsabilidad que no puede quedar en una mera anécdota. Algunos vecinos de Irún queremos que lo último que ocurra en nuestros barrios sea la aparición de discursos maniquéos y oportunistas que jueguen con el malestar social para su propio rédito electoral como ha ocurrido con el alcalde del mismo partido en Badalona o con la irrupción de plataformas como PxC o mucho más grave como la aparición de fenómenos neonazis que acuden a estas polémicas interesadas como moscas a la miel.

No es un hecho aislado

Por desgracia, este no es un caso aislado y no lo decimos por la cascada de declaraciones públicas producidas a raíz de las acusaciones del alcalde de Gasteiz, las noticias sensacionalistas y tergiversadas del yihadista muerto que cobraba la RGI o las mentiras lanzadas desde las redes sociales respecto a un recibo del cobro de estas ayudas.

Lo decimos a raíz de una serie de acontecimientos que se están produciendo precisamente respecto a la zona y las personas que se acusan solapadamente en el escrito. En meses pasados se convocó en la zona de Mosku, Uranzu y Molino de Arbes una reunión abierta a todas las vecinas bajo un título que incluía dos palabras significativas y de gran poder de convocatoria: "Seguridad y convivencia".

El objeto de esta reunión o al menos la deriva que coge esta reunión y una posterior es la de "atajar el problema de convivencia en determinadas zonas de Mosku y Uranzu que se tiene con algunas familias". Evidentemente de la misma forma que el concejal popular no se habla de nacionalidad ni raza pero es claro que se está refiriendo a un grupo de personas de etnia gitana. Se deja caer el problema  del narcotráfico y la mala convivencia con estas familias. Mala convivencia que se centra en la vida que estas realizan en la calle. Mala convivencia o falta absoluta de esta.

El problema es como abordamos el problema

fotoSi hay convivencia hay roces y puede llegar a crear conflicto. Pero en este caso hablar de convivencia es un eufemismo, pues el hecho de compartir la calle y el barrio no quiere decir que se produzca dicha convivencia. De hecho, en general podemos decir que no existe convivencia alguna.

Por lo que el problema no podemos calificarlo de problema de convivencia. Tampoco vamos a ponernos una venda en los ojos y negar que no haya problemas en el barrio y con unas personas determinadas. La clave es como se aborda el propio problema y más aún su solución.

En el caso que nos ocupa las soluciones que se le propusieron al ayuntamiento y este acogió de buen grado fueron dos, las dos consistentes en echar del barrio las personas "incívicas", molestas, vamos.

  • La primera es la represión y el control policial de la zona y las personas, molestas o no, narcotraficantes o no. Así, desde hace meses vemos como se pasean por el barrio patrullas de policía municipal y autonómica. Se han llegado  a ver hasta cuatro agentes paseando por el barrio. ¡Objetivo cumplido! Esta actuación lo único que puede suponer es el trasladado del problema a otro lugar por lo que no lresuelve nada sólo lo traslada.

  • La segunda opción es la llamada "rehabilitación económica y funcional" del barrio, lo que se denomina como gentrificación. La gentrificación es algo estudiado y se ha dejado claro que es una actuación urbanística meramente especulativa, que comporta más problemas que soluciones para las personas del barrio.


¿Es que no hay otras soluciones? Sí, pero no interesan. No dan réditos en las urnas, nos dicen que son más costosas (¿más que el gasto urbanístico?), no dan recompensas monetarias a las empresas especuladoras (los beneficios son sociales, algo que no entra dentro de las políticas neoliberales que se aplican en Irun).

Lo cierto es que son más lentas y conllevan un mayor esfuerzo por parte de todas las partes implicadas. Son medidas de intervención social, de mediación y de generación y trabajo de una convivencia real.

¿Por qué ante este tipo de situaciones problemáticas sólo se solicita la intervención de los departamentos de Seguridad Ciudadana? ¿Dónde quedan los Servicios Sociales?

En la ignorancia colectiva, es ahí dónde se quieren. Igual que los recortes en el número de mediadores y mediadoras interculturales que se han ido reduciendo en los últimos años. La ignorancia lleva al consciente colectivo a la interiorización de medidas coercitivas y de control social como solución mágica de los problemas sociales. Propicia la cerrazón de unas de las partes implicadas que por el momento hace muy difícil explorar una solución dialogada entre todas las partes. A lo que hay que añadir el inmovilismo de otra de las partes implicadas, las instituciones municipales, que ha optado por las dos soluciones anteriormente mencionadas, control y gentrificación y el silencio.

India on the road, bricks, revisiting the caste system, New Delhi, 2001Control social como solución mágica y la rumorología como verdad absoluta 

El control social es una respuesta recurrente y peligrosa en las reacciones que se producen cuando hablamos de las ayudas sociales y más si se hacen desde la dialéctica que impulsan las acusaciones aquí publicadas. «CONTROLAR A TODAS LAS PERSONAS POR IGUAL. SEAN DE DONDE SEAN Y DE LA RAZA QUE SEAN. No se puede DAR, Y DAR y NO EXIGIR NADA. La realidad está en la calle» «TODOS LOS POLÍTICOS que controlen TODAS LAS TRAMPAS QUE ALGUNOS HACEN CON LAS AYUDAS SOCIALES QUE PAGAMOS TODOS» «Aquí las ayudas Sociales se dan, claro que se dan ¿y controlar? ¿Quien controla? ¿Se controla a todos por igual? ¿A todos se exige lo mismo? Dar y dar ¿y controlar?» son comentarios que se pueden leer en el hilo de respuestas al escrito al que nos estamos refiriendo.

Como también se comentaba en otra entrada más racional, «La defensa de la subjetividad se toma cuando se pierde la batalla de la objetividad. En otras palabras yo elijo las mentiras que quiero creerme pese a los hechos objetivos» Cual martillo perforador el rumor junto al prejuicio martillea con el discurso del control por encima de todo. La rumorología y su éxito es un fenómeno bién estudiado. Según el psicólogo británico Chris French, una serie de mecanismos cerebrales llamados sesgos, los cuales en ciertas situaciones son mecanismos necesarios para la supervivencia del individuo, nos juegan malas pasadas. Según French el cerebro humano tiene dos formas de funcionar, una sería el del pensamiento rápido y fácil, cuya elaboración consume pocos recursos y otra un pensamiento lento y complejo cuya elaboración requiere de una aportación energética mayor. El fenómeno de la conspiranoia y de la política psicologista y sensacionalista utiliza con habilidad los mecanismos del sesgo. Uno de esos mecanismos muy potentes es el del sesgo de confirmación. Este sesgo es el que hace que un hecho aislado confirme una norma pre establecida y/o imaginada sin que realmente exista una base racional para pensar que ese hecho aislado responda a una tendencia general.

Otro sesgo, es el grupal que asigna a individuos de un grupo una visión estigmatizada y eliminadora de subjetividad individua en la que se asienta e racismo y la xenofobia.

Finalmente está el recurso a las "preguntas irresolubles" como es el recurso habitual a los "malos políticos" que no hacen sus "deberes".

Así las preguntas de cuantas personas conocen o han solicitado las ayudas sociales la respuesta incide en el mismo argumento, «¿Alguien ha bajado a LA CALLE a controlar todo tipo de ayudas? ¿Los políticos, TODOS, se bajaran algún día de sus sillones y verán LA REALIDAD DE LA CALLE? Va a ser que NO» y es que un rumor repetido mil veces acaba convirtiéndose en realidad absoluta. La deslegitimación de los de los políticos es una constante pero evidentemente de los políticos blandos y no controladores-represores. Discursos cercanos a unos programas electorales propios del partido Amanecer Dorado griego o el Frente Nacional francés. También sale a relucir a quién hay que dar las ayudas. Aquí el discurso varia entre el «Si hay que dar, creo que primero a los de casa. Si sobra, ya se verá», «Se recorta sólo a los de aquí y eso lo vivimos todos los días. Ya sé que es políticamente incorrecto exponerlo, pero ya estoy harta de se intente engañar así a la gente. Nosotros cotizamos y se lo regalan a quien no lo hace», «las ayudas van siempre a los que no se la merecen y para los que las merecerían y son de aquí y han cotizado cuando estas sin un duro luego no hay» que podíamos equiparar al de los falangistas del barrio de Tetuan en Madrid o el más políticamente correcto de que se las den a las personas que las merecen «prefiero que den ayudas, pero realmente a quien lo necesite», pero eso no es posible en estos momentos porque «todos sabemos de gente a quien se ha convertido en auténticos parásitos. Gente que no se molesta en salir de esa rueda de ayudas por que se acostumbran a vivir con ellas y les es más cómodo y a veces más rentable seguir así durante años»

XenofobiaMañana puede ser tarde para preocuparnos

Queda evidenciado que el peligroso virus de la intransigencia, el racismo y la xenofobia está fuertemente inoculado en lo más profundo de nosotras mismas y hay quienes juegan con ellos azuzándolos interesadamente. Sus intereses son bastardos y peligrosos y en nosotras está el combustible que inflama estas aptitudes y lleva a situaciones que no se deberían de dar. La receta no es que sea desconocida. Tampoco fácil. No hay otra receta que la información, el conocimiento y una actitud crítica que nos lleve a preguntarnos y a buscar los porqués de las cosas. La intransigencia, el racismo y la xenofobia son escollos humeantes dispuestos a prender a la mínima mas aun si son avivados de forma interesada.

Al final siempre pierden las misma, no sólo la verdad y la convivencia, sino las personas, todas, aunque en especial las que menos recursos poseen. Lo podemos comprobar en la medida del populista alcalde del PNV de Bilbo de ponerse a inspeccionar las viviendas de las personas preceptoras de las ayudas sociales (algo que no sería la primera vez, como su empeño en el TAV). Una vez más lo que se busca es culpabilizar y criminalizar a las personas con menos recursos, mas cuando estamos viendo «gúrteles, trenes para ricos, aeropuertos para peatones y demás mamandurrias "liberales"»

El tema da para mayores debates y reflexiones que todas debemos hacer. Pero también para actuar contra bulos y rumores incitando a este tipo de actitudes que sólo enrarecer el ambiente desviando la atención y el objetivo de nuestro malestar. «Salgamos a la calle a protestar... por lo que no nos parece justo, por reivindicar nuestros derechos.. para que no nos sigan pisoteando..» Pero cuidado con lo que salimos a protestar y que nos parece justo y que no, y quién pisotea a quién los derechos. Lo que si queda claro es que con este tipo de discursos somos la mayoría la que salimos perdiendo.

Bibliográfica:


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