Txapaeo koronabirikotik idazkiak, 8.znbk
Pikoketa Aritxulegi.- Es como el padre que dice a su hijo “si no apruebas no hay bicicleta” ¿Tiene razón? ¿Hay relación directa entre estudiar y poder disfrutar de una bicicleta? Pues en principio no, la relación la establece la autoridad, pues es el mediador, el que en términos fácticos convierte esa causalidad en realidad.
Estas semanas, hemos asistido a una pugna por controlar el poder fáctico, por el poder hacer y mantener como verdades absolutas e incuestionables, aseveraciones típicas del capital. P. Sánchez anunciaba el día 28 de Marzo la paralización de toda actividad económica “no esencial” incluida la flamante industria vasca. ¡¿Es eso posible?! “¡No! El caos, vuelta a la época de las berzas, el salvajismo, la ecatombe...”. En boca del anodino cyborg Urkullu; “el coma económico”, paso a encefalograma plano del conjunto de la sociedad. La muerte inducida por el malvado socialista que no respeta el auto-gobierno (¡¿?!) vasco.
Frente a este “despropósito, amenaza e incompetencia” Eduardo Zubiaurre (presidente de ADEGI (2006-2012), ex presidente de la junta en Eibar del… ¡Si! PNV, y hoy día presidente de ConfesBask), ha salido personalmente a la palestra. Dicho sea de paso, dando muestras de nerviosismo reflejado por el trazo grueso de sus críticas y la pérdida de decoro que caracteriza a nuestra patronal. Y es que, el binomio Urkullu-Tapia no parece haber podido proteger los intereses empresariales (que también son los suyos vale decir). Al final el señor “C” ha tenido que dejar la trastienda a la que está acostumbrado para salir a primer plano. Los títeres Jeltzales venían de lamentables funciones como la de Zaldibar y estaban algo quemados. No convencían ya a nadie.
“¡Basta de mediaciones!”, ha debido de pensar el señor Zubiaurre, y ha hecho suya la máxima de “si quieres que las cosas se hagan bien hazlas tu mismo”. Salió a responder al primer anuncio de P.Sánchez, “ipso facto” desde los medios de Telebatxoki (EITB). Soltó lindezas tales como:
"Estamos en un estado de alarma, es algo que -los empresarios- no nos merecemos en una situación tan grave como la que estamos viviendo. Desgraciadamente, contamos con un Gobierno central al frente que es un verdadero despropósito y todo un ejemplo de incompetencia y de incapacidad para hacer frente a esta situación (…) perplejos, indignados, esto es como una pesadilla, tenemos un Gobierno central que se ha convertido en un gran problema y en una fuerte amenaza de la que hay que cuidarse muy especialmente” (2020/03/30)
Zubiaurre, Tapia, Urkullu y tantos otros apologistas del capital, han venido apuntando ciertos elementos para argumentar su (por otra parte denunciable) postura, de privilegiar en última instancia la actividad económica (principalmente la industrial) sobre las recomendaciones de organismos como la OMS y por tanto sobre la salud pública. El capital sobre la vida. Evidentemente no lo han presentado así, sino como la mejor opción para todas, ya que si hiciéramos caso a la OMS, habría menos muertos (también ponen esto en duda) pero saldríamos del período especial hechos una ruina y con unos problemas sociales peores que los provocados directamente por el Covid19.
Con ánimo de polemizar, diría que en muchas de las cuestiones que apuntan tienen toda la razón. Algunas las han hecho explícitas, otras subyacen;
- Si se para la economía industrial nos quedamos atrás: Efectivamente, las épocas de crisis suelen ser momentos de concentración del capital, de eliminación y ampliación de empresas. Con un paro total, la industria vasca (que depende tanto a nivel de insumos como de clientes de cadenas económicas globales, de su buen posicionamiento en ellas vive) corre el riesgo de quedar fuera de juego. Por un lado porque la competencia de otros países la sustituya como proveedora (pierda clientes). Por otro lado, porque muchas empresas están fuertemente endeudadas. El endeudamiento ha sido muchas veces la única vía para invertir (innovación, internacionalización, etc.) y mantener la tan invocada “competitividad”: Un mes puede ser suficiente en muchas para que la deuda se los coma.
En relación a esas dos cuestiones, si la empresa se deprecia la opción más común por parte de los capitalistas pequeños es el ser absorbida por un capital más grande, por lo que podríamos asistir en un futuro próximo a ver como muchas pymes depreciadas, o bien cierran, o bien son absorbidas por multinacionales.
En conclusión, el capitalismo es como andar en bicicleta, si no pedaleas constantemente en una bicicleta cada vez más “innovada” te atrapan y te sacan de la competición. - Si no arriesgamos vidas ahora, deterioraremos muchas más en el futuro: Efectivamente, si hay cierre de empresas, hay absorción por multinacionales que muchas veces tributan menos aquí e imponen condiciones laborales (todavía) más precarias, las empresas llamadas “tractoras” no tiran y sectores asociados (como pymes auxiliares, servicios asociados e incluso el comercio) decaen, etc. no hay política social de calidad. Aumentará el desempleo y con ello el consumo empresarial, individual y familiar. Por otra parte aumentará la demanda de prestaciones sociales. Menor recaudación y más demanda de gasto. Por ello, la crisis de la balanza fiscal de la institución será segura, dado que estamos todavía en tiempos de austeridad. No habrá otro remedio: Más recortes en inversión pública. ¿En qué? Tapia ya ha vuelto a decir que el TAV, la “Y” vasca sigue siendo una prioridad. Echen cuentas.
Este círculo viene agravado por la forma en la que se está tratando de amortiguar el golpe en el campo empresarial: Créditos con el sector público como avalista. Es decir, si no paga el empresario, pagamos todas y aumenta la falta de fondos públicos - Hay gente que sobra: Efectivamente hay gente que sobra para el sistema productivo. Pensionistas, gente en exclusión social, trabajadoras poco cualificadas, etc. Más que sujetos de producción, son demandantes de recursos públicos y no aportan demasiado convirtiéndose en una carga que nos hace, como Oasis Vasco quedarnos atrás. Han sobrado hasta ahora y se les ha tratado de disciplinar (reformas RGI, policía, recorte en prestaciones, etc.). Sobraban ayer, y más van a sobrar de aquí en adelante. No lo dicen así, es evidente, pero no hace falta.
Por tanto como el padre al hijo, Zubiaurre y compañía tienen razón en términos fácticos cuando dicen: “si no mantenemos las empresas abiertas, lo vais a pasar mal”. Esto es así, mientras sean ellos quienes marcan los límites del tablero y las normas de juego. Mientras asumamos como clases populares que nuestra mayoría de edad no ha llegado, y no podemos auto-gobernarnos, necesitamos la tutela de una élite empresarial que nos de trabajo, y una clase política que nos represente. ¿Hemos caído tan bajo? ¿Vamos a aguantar lo que nos echen? ¿O vamos a patear el tablero y volver a dibujarlo y regularlo en favor de las mayorías sociales?
Si la respuesta es la última, una pregunta aparece de forma automática… ¿Qué hacer?. En eso entraremos en el siguiente escrito confinado.
Nota: Con algo más de éxito al parece. Pues a raíz de la pataleta en tromba de la patronal Sánchez rebajó el el tiempo y condiciones del paro industrial
«Es una vergüenza, no puedes cerrar todo un país. El golpe va a ser tremendo»
«vamos a tener un problema muy serio cuando se resuelva la crisis sanitaria, y con esos gobernantes se va a agravar más»
EAJ-PNV-Teleberri
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