Amaia.-Hace más de dos meses que mi hija se debate entre la vida y la muerte.
En medio del miedo atroz que se ha instalado en nuestras vidas, hay un grupo... un equipo que, más que personas, yo los defino como “seres de luz”. Este es: el equipo de UCI del hospital Donostia, médicos y médicas, enfermeros y enfermeras, auxiliares, celadores y celadoras... Podría nombrarlos a cada uno y cada una de ellas, pero es una lista muy larga y no quiero que se me olvide ninguna.
Perfecta coordinación de estos y estas trabajadoras de la Sanidad Pública, que a pesar de los ritmos intensos y turnos de 24 horas brutales, a pesar del cansancio acumulado, han sacado con una sonrisa lo más bonito de cada una de ellas para dar a esta familia todo el cobijo, la información, la profesionalidad, humanidad y ternura que tanto necesitamos todos y todas las que pasamos por esta situación.
Quiero daros las gracias (y eso se me queda corto) a cada uno y cada una de vosotras. No sé qué final tendrá esta durísima experiencia pero, desde luego, a esta familia no nos quedará nunca ninguna duda de que habéis hecho lo indecible para salvarla en estos duros momentos que estamos pasando, debido a las políticas neoliberales que se nos quieren implantar en nuestras vidas, quitándonos el derecho a una salud pública e integradora.
Milla esker... Mil gracias EQUIPAZO; os llevaré siempre en ese lugar donde los recuerdos nos llevan a rememorar los encuentros con la buena gente.
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