Eurokeria.- En ocasiones el destino es más que caprichoso y este sábado, el mismo día que se organizaba en la AVV de Landetxa una exposición sobre los 30 años de lucha contra el Tren de Alta Velocidad se conoce la noticia que tras 21 años JAS nos deja por una secretaría en la Corte del Reino. Y nada más y nada menos que una secretaría en el Ministerio de Transporte. Dada la trayectoria de JAS, nada más apropiado para el gran apologeta del transporte por carretera en el cenit de la globalización económica así como del Tren de Alta Velocidad y el olor a asfalto y hormigón por la mañana.

30 años de lucha contra el TAV

El ver condensada en imágenes toda la lucha contra el TAV en estas tres décadas nos ha traído a primer plano de la memoria toda esa lucha realizada desde la Asamblea contra el TAV de Irun en un primer momento y por Txingudiko AHT Gelditu! Elkarlana posteriormente durante tantos años de acciones y movilizaciones. Movilizaciones no exclusivamente contra el TAV sino también contra la incineradora que querían construir en Zaldunborda formando parte activa de Txingudi Bizirik, en la defensa de los valles de Olaberria y Landetxa, de Jaizkibel y contra la construcción del Superpuerto, etc.. Algunas “batallas se ganaron”, otras “se empataron” y muchas más han sido las que “se perdieron” y otras tantas son las que “continúan”. Pero en el camino nos encontramos y con más años y algunas menos fuerzas nos seguimos encontrando como este sábado en la exposición.

Nada parece cambiar para que todo siga igual

A principios de este mes de noviembre pudimos leer la noticia que decía que “las obras de la llegada del tren de alta velocidad marcan el inicio de la transformación de Ventas”. Esto y el arranque de “la gran transformación urbana de Irun” o como en 2008 lo bautizaba JAS el “pequeño Manhattan” parecían el presagio de la noticia del salto en Cortes a la secretaría de transportes del “autor de este pequeño Manhattan”.

Y es que treinta años no parecen ser nada para seguir sin decir una verdad o continuar diciendo verdades a medias. Porque, no, el TAV no va a llegar a Landetxa. No, porque si de lo que hablamos es unicamente del medio de transporte, es decir, del Tren de Alta Velocidad propiamente dicho, ya llega a Landetxa y a Irun. Sí, a Irun ya hace años que llega el TGV y desde algún tiempo el propio Alvia que no es otra cosa que el TAV "made in Spain". Pero si de lo que hablamos es de la infraestructura, o como la llaman y luchan contra ella en Iparralde, la “línea de alta velocidad”, la cosa cambia. La infraestructura que conlleva el TAV es la que acarrea las altas afecciones tanto en el territorio, el medio ambiente, la economía y las personas. Para entendernos, no es lo mismo las afecciones de una carretera comarcal que una autopista. Y la infraestructura necesaria para que el TAV alcance las altas velocidades son mucho mayores que la de una autopista. Desgraciadamente esto es visible y constatable dándose un desgarrador paseo por cualquier tramo del trazado ya construido o en construcción desde Donostia hasta Gasteiz, donde cabe recordar que más de la mitad del trazado transcurre bajo tierra.

Qué no, que el TAV no llega a Landetxa, de momento

Ahora bien, si hablamos del tramo que debiera discurrir entre Oiartzun y el enlace con la red del Estado francés a la altura de Biriatu y que transcurriría por los valles de Landetxa y Olaberria ese no está en fase de construcción, ni se le espera en décadas ya que depende de la construcción de la línea de alta velocidad desde Dax hasta Biriatu y según las últimas noticias se habla como decimos de algunas décadas pues no parece ser muy prioritaria para los diferentes gobiernos franceses de todos los plumajes políticos. Entonces ¿qué es lo que llega a Landetxa? Pues la solución provisional para que los trenes de alta velocidad de anchura europea a velocidad normal puedan conectarse con la red ferroviaria francesa y viceversa. Lo que han llamado “el tercer carril” que no es otra cosa que añadir un carril extra a la vía ya existente convirtiéndola así en una vía con las medidas europeas y que de este modo puedan circular trenes de ambos anchos, el español y el europeo, en tanto en cuanto no haya esa conexión por la línea de alta velocidad. Unas obra estas del tercer carril que nos han costado cuatro años de prejuicios debido las obras en el túnel de Gaintxurrizketa que no han terminado y que están suponiendo una “alta bajada de calidad” de las cercanías entre Irun y Donostia a lo que hay que añadirle las obras desde Donostia hasta Hernani sumado a las escasas inversiones en la red de cercanías está convirtiendo un servicio que era más que decente en un mal servicio al que evitar.

Qué continúe el festival del hormigón

Es la llegada de las obras de este “tercer carril” lo que ha supuesto la escusa perfecta para la reordenación urbanística en Landetxa y no la llegada del TAV cuyo proyecto original tiene previsto pasar, sí por Landetxa, pero más al interior, por sus valles y zona aún rural. Zona que se recorrió por parte de la Asamblea contra el TAV reiteradamente informando y denunciando las terribles consecuencias del TAV o si hablamos con más propiedad la línea de alta velocidad.

Lo que también ha servido para que se ponga en marcha la primera fase del “pequeño Manhattan” con el arranque de las obras de la nueva estación de tren que no del TAV pues de construirse la nueva línea de alta velocidad y su conexión con la red francesa el TAV aun no sé conoce dónde parará, puede que sea Irun, seguro qeu tener un Secretario de Estado en la corte madrileña puede ayudar, pero lo está claro es que será solo una estación para el trayecto internacional, porque sino ¿qué tren de alta velocidad sería si tiene que para cada pocos kilómetros? Por favor, seamos serias.

Ahora bien, mientras la nueva línea no esté construida buenas son tortas y propagaremos que el TAV llega a nuestra ciudad utilizando esto para el gasto desaforado en infraestructuras hechas más con el objetivo de llenar las arcas de las grandes y pequeñas constructoras de dinero público que de infraestructuras pensadas para el beneficio de las personas que las financian. ¿Dónde han quedado las decenas de trenes que saliendo de la estación nos transportaban a diferentes ciudades del Estado y más allá? ¿Cuántos son los que actualmente salen y llegan desde Irun? Una estación en la que se ha ido viendo como se cerraban servicios como las ventanillas de venta de billetes, se reducían los trenes a diversas ciudades quedando, usando el comodín de la equivocación, tres únicos destinos de largo recorrido, Madrid, Barcelona, y Galiza.

Frecuencias y recorridos de tren que han desaparecido y han sido sustituidos por el autobús del que casualmente no disponemos de estación en Irun y desconocemos el encaje de esta, si lo tiene, en el “pequeño Manhattan”.

¿Es necesaria una reordenación y sobre todo una recuperación para las necesidades de todas las irundarras “de 600.000 metros cuadrados (sesenta campos de fútbol) a lo largo de 2,5 kilómetros y que parte la ciudad en dos”? Evidentemente sí. Pero con el transcurso de todos estos años y la dirección de todos los proyectos que se han planeados y se han llevados a cabo no parece que tengamos mucho espacio para la esperanza que la dinámica capitalista y desarrollista de estos años vaya a cambiar y menos con un “flamante Secretario de Estado de Transportes en cortes”.

Pues nada, nos vemos en otros treinta años.