Fernando Arozena.- Un 25 de octubre, hace 17 años, fui trasplantado de riñón tras 4 año de diálisis.

Fue un cambio fundamental en mi vida, ya que desde entonces puedo desarrollar una vida relativamente normal.

Estoy infinitamente agradecido a la persona que donó el órgano y a su familia.

Y pongo en valor a la Sanidad Pública que pone los recursos necesarios para que cualquier persona, sea cual sea su situación económica, pueda beneficiarse de este derecho.

Soy consciente que si hubiese vivido en una país en el que predomina la sanidad privada, no hubiese tenido los recursos económicos suficientes para pagar un tratamiento vital para mi: diálisis, trasplante, personal sanitario (al que dedico mi reconocimiento y agradecimiento personal), medicación, etc.

Por esta razón, observo con preocupación el deterioro que sufre la Sanidad Pública; y temo que en un futuro ocurra que como en países donde para poder tener derecho a una atención sanitaria vital, como en mi caso, no puedas; por no tener los recursos económicos necesarios, y que solamente los más ricos puedan beneficiarse de ESTE DERECHO QUE DEBE SER UNIVERSAL.

Por este motivo, hago un llamamiento para que entre todos y todas defendamos una SANIDAD PÚBLICA UNIVERSAL Y DE CALIDAD, y evitar que casi sin darnos cuenta vayamos perdiendo ese derecho básico a ser atendidos de nuestras necesidades sanitarias, sean cuales sean el valor de dichas necesidades.