De la complacencia de la normalidad y pocas cosas más
Año nuevo y pocas cosas han cambiado, al memos para bien. Algo que no ha cambiado es el discurso institucional de complacencia con una realidad que se oculta detrás de obras y cemento. Parece decirse que hay que priorizar la acera y el asfalto de una calle a la que cada día muchas más personas están abocadas. A falta de casas, buenas son calles bien asfaltadas con los fondos europeos Next Generetion para dormir en ellas.