Año nuevo y pocas cosas han cambiado, al memos para bien. Algo que no ha cambiado es el discurso institucional de complacencia con una realidad que se oculta detrás de obras y cemento. Parece decirse que hay que priorizar la acera y el asfalto de una calle a la que cada día muchas más personas están abocadas. A falta de casas, buenas son calles bien asfaltadas con los fondos europeos Next Generetion para dormir en ellas.
En el artículo El año en el que volvimos a la normalidad, y mucho más JAS hace balance del año que hemos dejado atrás. Su gran preocupación en un momento en que aún no hemos dejado atras varias pandemias, la sanitaria pero también la económica, parece ser recuperar "los Sanmarciales, eventos nuevos y multitudinarios, la salida de la 5ª etapa de la Vuelta". De verdad, ¿está es la realidad que viven día a día los y las irundarras? De verdad ¿son "noticias positivas" para los y las irundarras "el despegue del Vía Irun, los proyectos que han cogido forma de la mano de los fondos europeos", y que ninguno ha supuesto el aumento de soluciones habitacionales o ayudas directas a las más desfavorecidas, por ejemplo? En serio que ¿lo más importante para los y las irundarras es Vía Irun y otros grandes proyectos urbanizadores? Proyectos en los que no se comtempla solución alguna para esas personas y familias que ven como cada día tienen mas dificultad para llegar a fin de mes y pagar la hipoteca o el alquiler. O esa juventud con empleos basura que ni con tres de esos empleos basura y algunas décadas podrá acceder ni queriendo a esas promociones de vivienda que se plantean en estos "grandes proyectos urbanizadores" de San Miguel-Anaka, Korrokoitz etc...
Y para que todas estas obras mayores y menores sean posible desde el mes de diciembre ya tenemos Presupuesto General para el 2023, nada más ni nada menos que 90.295.000 euros que supone un incremento del 9,3% con respecto al año anterior y "un presupuesto consolidado, en el que se incluyen las sociedades públicas se incrementa hasta los 95.654.336,47 euros".
A pesar de ese incremento según EH Bildu, "no se prevén incrementos significativos en áreas fundamentales como la de bienestar social, al que se destina el 11% del presupuesto total, el mismo porcentaje que el año anterior". Tal vez no hay incremento pues como no dejan de recordarnos machaconamente hemos vuelto a la normalidad, si es que en materia de Bienestar Social alguna vez hemos salido de esa normalidad en la que la invisibilización de las situaciones de falta de recursos de gran cantidad de irundarras ha sido desde siempre la normalidad. O tal vez es que no entienden las verdaderas necesidades de las personas como los dos partidos del Gobierno Municipal, PS y Elkarrekin Podemos-IU.
Una imagen dicen vale mil palabras pero si esa imagen se contextualiza con palabras todo parece ser más comprensible. Así en un tuit @nausia_koldo lo explicaba de forma clara y contundente en este tuit. "EH Bildu propuso en los presupuestos municipales de 2023 la compra de alojamientos de emergencia social para ofrecer una alternativa a los desahucios. No se aceptó. 15 días después... Esta mañana, en 2023, en Irun, las contradicciones de nuestra sociedad... en una sola imagen."
Como deseo para este 2023 esperamos que "recuperemos la normalidad de la lucha en la calle presionando a las instituciones como forma efectiva de que se consigan mejoras en las vidas de las personas".
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