Vivimos en un mundo salpicado de disculpas y tópicos para no cambiar nada, salvo, eso sí, que nos teledirijan desde los mandos a distancia del poder económico y político. Es muy difícil cambiar de motu propio, máxime en lo referente a hacer algo por los demás. Esta realidad es desoladora en el ámbito de la cooperación, pero más dura lo es en el apartado de la cooperación internacional.
Frases como: «me da miedo», «no me fío», «nunca llega nada», «no tengo tiem-po», «yo no puedo aportar nada», «hay crisis», «yo no tengo la culpa», «que lo resuelvan los políticos»..., son algunas de las que nos hunden aún más en nuestro cómodo sillón de la indiferencia cotidiana.
Pero también otras como: «tú sí que tienes mérito», «tengo una espinita con ese tema», «los ejércitos ya hacen las labores humanitarias», «a mí me gustan los que llevan todo directamente»..., son las que tiñen con discreto optimismo el desconocimiento de este mundo.
También hay algunas preguntas como: «¿Qué puedo hacer yo?» o «siempre decís que os traéis más de lo que dejáis», pero «¿Qué es lo que os traéis de allí?»
Tópicos, frases y preguntas, de las que pretendo hacer ver sus luces y rellenar sus sombras. ¿Cómo? Con las reflexiones al respecto que he ido tejiendo con el hilo de lo visto, oído, olido, degustado y tocado, pero sobre todo, sentido, con el recorrido de la autoridad y credibilidad que puede dar la narración de mis experiencias directas sobre el terreno, desde allí, pero también desde aquí. Tejido que empezó su telar desde una juventud tan normal como la de cualquiera, hasta la cotidianeidad de mi mundo de aquí, y que me ha permitido encontrarme con una cara de ese otro universo, otrora antojado lejano y ajeno, pero siempre encadenado a mi trocito de cielo.
Se pretende con esta obra sacudir disculpas, cuestionar realidades aparentes y desmitificar; hacer un guiño de proselitismo para iniciar en este mundo de la cooperación a los no iniciados, a los que están la fase previa pero necesitan un empujón o para los que ya introducidos les puede complementar su visión. Para todos ellos, pretendo aportar con este relato un punto de vista más humano e introspectivo.
En definitiva, es la trayectoria personal de un recorrido que pretende demostrar cómo desde unas capacidades absolutamente normales y con las limitaciones de aquí, verdaderamente podemos avanzar aquí y allí.
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