Eguzki recordará el 3 de junio a Gladys del Estal

Dónde: 
a las puertas de Gladys Enea, en Egia
Fecha: 
De Domingo, Junio 3, 2018 - 12:00 hasta Lunes, Junio 4, 2018 - 11:55

Eguzki ha organizado un nuevo homenaje en Donostia a la ecologista Gladys del Estal, cuando se cumplen ya 39 años desde que el guardia civil José Martínez Salas la mató de un disparo en la cabeza. Sucedió en Tudela, durante los actos del Día Internacional contra la Energía Nuclear.

La cita será el domingo, 3 de junio, a las 12, a las puertas de Gladys Enea, en Egia, desde donde subiremos en romería hasta la pradera, donde se encuentra el monolito en recuerdo de Gladys y donde tendrá lugar un acto en el que no faltarán las flores ni las canciones.

Tampoco faltará una lectura de la actualidad, porque, como hemos señalado en repetidas ocasiones, nosotros recordamos a Gladys porque fue nuestra amiga, nuestra compañera, y no podemos olvidar aquella injusticia que, además, quedó impune. Pero también la recordamos porque las razones que la llevaron a estar presente en Tudela aquel fatídico día siguen vivas en la lucha del movimiento ecologista.

¡Por fin sin Garoña!
En el repaso a la actualidad antinuclear que hacemos todos los años con ocasión del homenaje a Gladys, la central de Garoña ha sido siempre una constante. Durante décadas, para reclamar que la cerraran y, en los últimos años, para que no la reabrieran. Este será el primer homenaje a Gladys que realicemos con la central de Garoña definitivamente cerrada. Algo para celebrar, sin duda.

Sería ingenuo pensar que el cierre ha sido fruto única y exclusivamente de la presión popular, pero a nadie puede quedarle la menor duda de que la presión popular, ejercida de forma continuada durante décadas, unas veces con más eco y otras con menos, ha sido DETERMINANTE.

Es verdad que esto no ha acabado. Ahora debe verificarse el desmantelamiento efectivo de la central, sin que nos den gato por liebre. Asimismo, habrá que denunciar cualquier intento de Nuclenor de recibir compensaciones, de manera directa o indirecta, y seguir reivindicando una alternativa socioeconómica para la zona. De modo que, probablemente, seguiremos hablando de Garoña.

Ahora bien, sin bajar la guardia, no nos cabe duda de que quienes aspiramos a una Euskal Herria y un planeta más habitable tenemos motivos legítimos para celebrar el cierre de Garoña por todo lo alto.

Un fin para Lemoiz coherente con su historia
La central de Lemoiz siempre ha estado presente en el homenaje a Gladys, cómo no, pero es verdad que a veces de forma más implícita que explícita. El año pasado, sin embargo, volvimos a citarla expresamente, porque el pacto presupuestario suscrito entre el PP y el PNV incluía el compromiso por parte del Gobierno español de ceder “de manera inmediata” a “las instituciones vascas” los terrenos sobre los que se asienta. Advertimos de que el hecho de que, después de tantos años, el PNV hubiera querido incluir este punto en el trato llevaba a pensar que barajaba ya algún proyecto concreto, y lo hacía unilateralmente, lo que no era un buen síntoma. Y no nos equivocamos (aunque no vamos a presumir por ello, porque acertar tampoco era difícil): en noviembre, la consejera Arantxa Tapia dio a conocer que pretenden implantar en Lemoiz un macroproyecto de acuicultura, con una inversión de entre 42 y 105 millones de euros.

Peor síntoma ha sido aún el acuerdo que hace apenas dos meses han firmado el Gobierno español e Iberdrola, por el cual la eléctrica se desvincula totalmente, sin más, de las instalaciones de Lemoiz. Es decir, que el Gobierno español le exime de poner un solo duro para la restauración ambiental de la zona, que es preceptiva. O sea, la eléctrica causa el destrozo, lo cobra (recordemos que, a través de los recibos de la luz, hemos pagado cerca de 6.000 millones de euros a cuenta de la moratoria nuclear) y ahora, encima, sale de rositas, sin financiar la plantación de un solo árbol o la siembra de un metro cuadrado de césped. ¿Es ilegítimo pensar que dejaciones de este tipo por parte de la Administración algo tienen que ver con la existencia de puertas giratorias?

En todo caso, Eguzki insiste en reclamar para el espacio ocupado por la central de Lemoiz “un uso coherente con su historia”, lo que se traduciría en la restauración ambiental de la cala de Basorda y su compatibilización con el disfrute público, quizá mediante la habilitación de un parque como lugar de memoria. Y, en nuestra opinión, a estos objetivos debería estar supeditado cualquier otro uso posible de este espacio, incluido cualquier proyecto de acuicultura, sea macro o de tamaño humano. En todo caso, la decisión sobre lo que finalmente se haga no debería ser unilateral, sino basarse en el mayor consenso social posible, pues la memoria, si para algo ha de servir, ha de ser para casos como este.

Galdys y el reconocimiento oficial que nunca llega
En este punto sí que todos los homenajes a Gladys parecen el día de la marmota, pues el reconocimiento oficial nunca termina de llegar. El año pasado por estas fechas, el Tribunal Constitucional, atendiendo a un recurso interpuesto por el Gobierno español, dejó parcialmente en suspenso la Ley de Reparación de Víctimas causadas por “abusos policiales” entre 1978 y 1999, impulsada por el Gobierno Vasco, y a través de la cual personas como Gladys podrían alcanzar el reconocimiento oficial que hasta ahora se les ha negado. Por lo visto, el TAV y tal sí entran en los pactos presupuestarios, pero los recursos del Gobierno español sobre este tipo de cuestiones quedan siempre al margen. O sea, como el 155. El caso es que, un año después, a falta de resolución judicial, estamos donde estábamos.

En todo caso, ya advertimos que a Gladys no le va a seguir faltando el reconocimiento popular que le niegan las instituciones. Y este es un buen momento para hacer notar que el año que viene se cumplirán cuarenta años desde que la mataron. Como dice Alfonso Sastre, los aniversarios son las muletas de la memoria, más aún si terminan en 0. Pues eso, el año que viene, 40 aniversario, lo conmemoraremos por todo lo alto. Porque recordar quién fue Gladys, cómo vivió y cómo la mataron, sigue siendo necesario.

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