A raíz de la aplicación del pasaporte COVID
Se habla mucho a cerca del Coronavirus, y no, en cambio, sobre la gestión de la pandemia por parte de la burguesía. Se ha normalizado por completo dar respuesta al aumento de la incidencia del coronavirus a través de políticas de excepción, y parece que el único modo de hacer frente al virus es incrementar la vulneración de derechos y el control social. Por otro lado, ha quedado totalmente fuera del debate público la necesidad de un sistema sanitario fuerte y universal, y al parecer, los políticos más responsables tampoco hablan sobre ello.
La implantación del certificado COVID se sitúa dentro de ese modelo de gestión de la burguesía. En primer lugar, esta medida trae consigo un aumento de los mecanismos de control sobre la población. De hecho, este certificado supone un mayor control de los datos personales y vulnera de forma flagrante el derecho a la intimidad. Esto responde a una tendencia general de la sociedad capitalista, puesto que las medidas de control en este contexto de empobrecimiento generalizado de la población se han intensificado de manera notoria en las últimas décadas. El desarrollo de la tecnología en manos de la burguesía es utilizado también con el fin de aumentar el control social, como puede verse en este caso con el uso de la digitalización. Además, el certificado COVID también profundiza en la segregación, al igual que la sociedad burguesa lo hace en muchos ámbitos (educación y sanidad, entre otros), vulnerando ciertos derechos de quienes no pueden disponer del certificado por diferentes motivos y facilitando la criminalización contra esas personas.
Por otra parte, los políticos profesionales, esos que dicen ocuparse de la salud de todos y todas, crean un contexto aún más represivo al impulsar este tipo de medidas. En este caso, mediante el certificado COVID, facilitan las intervenciones policiales, la imposición de multas, la criminalización, el acoso...No vale estar constantemente permitiendo que se de este contexto y, al mismo tiempo, denunciar esos abusos policiales.
Asimismo, es evidente que el certificado COVID responde a los intereses de las farmacéuticas y de las grandes empresas que, entre otras cosas, sacan ingentes cantidades de dinero de las compraventas de vacunas. Aunque la cuestión de la salud es un problema de primer orden en la sociedad capitalista actual (puesto que, además del coronavirus, muchas otras enfermedades y dolencias están extendidas, estando muchas de ellas relacionadas con la pobreza), no se le podrá dar una salida integral y real a través de las políticas de salud burguesas.
Con el fin de denunciar esta situación, realizaremos movilizaciones el próximo viernes en Bilbo, Gasteiz y Donostia.
¡No al certificado COVID!
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