“Un lugar seguro es un mundo sin fronteras”

Conentración Derechos no muertes 2023

Alrededor de un centenar de personas se reunieron ayer en un acto de memoria hacía las personas migrantes fallecidas. El acto fue convocado por Korapilatuz, FIVASCO y Migrantes con derechos. Se les recordó a las instituciones europeas que “toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un estado”.

Un domingo soleado y más caluroso de lo normal, algo que se está convirtiendo en norma en estos tiempos. El SkatePark al lado del Puente Santiago rebosaba actividad consecuencia del fantástico domingo en lo climatológico. Y como tantos días a pesar de la claridad que nos proporciona el gran astro viniendo por el bidegorri de Santiagotarrak se podían ver las “ignominiosas” sirenas en medio del puente Santiago. Dos furgonetas de la Policía Nacional Francesa que se encargan de que, como hace referencia el manifiesto de la convocatoria, las personas migrantes no puedan “llevar adelante los sueños de una vida digna” como lo que es, un derecho.

La concentración era un “reencuentro” dado que ya se realizó una el año pasado. Los grupos “Korapilatuz, FIVASCO y Migrantes con derechos” y las personas que los componen hacían un llamamiento para “celebrar la memoria de las personas fallecidas o desaparecidas en su viaje a un futuro más justo tanto en el Mediterráneo y otros mares, como también en el Río Bidasoa”.

El acto comenzó con el sonido de la ancestral txalaparta uniéndose con un sentido ritmo a la memoria de las personas fallecidas en estos últimos años. Una vez la txalaparta calló se fue nombrando una a una las personas a las que las necropolíticas, tan alejadas de este nuestro río como de los lugares de inicio de su sueño, frenaron la esperanza de una vida digna. Porque “todas las fronteras están llenas de nombres. De nombres que consiguen atravesarlas. De nombres que se quedan al otro lado. De nombres que nunca vuelven a pronunciarse. Nombres de personas que nadie sabe dónde están”. Motivo por el que las participantes “nombran y tratan de no olvidar a todas las personas ahogadas, fallecidas y desaparecidas”. Según el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones, que lleva desde 2014 documentando casos de personas migrantes, “hasta agosto de este año, se han registrado en todo el mundo 57.869 muertes en trayectos migratorios desde 2014. La del Mediterráneo, con 27.845, es la zona con más víctimas. Por detrás están África con 13.041, las Américas con 8.065, Asia con 5.755, Asía occidental con 2.142 y Europa con 1.021”. En lo que va de año, hasta septiembre de 2023, “un total de 2.357 personas migrantes han muerto o desaparecido en las aguas del Mediterráneo en su camino hacia Europa”.

Según las convocantes “no son solo fríos números en terribles estadísticas son personas, por eso nos concentramos para recordar LA MEMORIA de todas las personas que dejaron sus ilusiones y su vida en el camino, y no podemos olvidar”. Lo que buscan es “acompañar a sus familias y a sus seres queridos porque nos sentimos cerca de su dolor y sufrimiento”. Una forma de hacerlo es encendiendo velas para que su llama no se apague nunca.

Conentración Derechos no muertes 2023

Encendidas las velas en recuerdo y memoria era el momento de cantar al compás del acordeón el “Txoria Txori” de Mikel Laboa. Para continuar se leyó un texto de San Agustín como parte de la comunidad cristiana, un llamamiento al rezo por parte de la comunidad musulmana y un texto de María González Reyes como parte de las no creyentes. Para seguidamente hacer lectura del manifiesto en tres idiomas, euskera, árabe y castellano.

En el se ha querido “recordar a las instituciones, y en concreto a la Unión Europea su compromiso con los derechos humanos”, en concreto en el artículo 13 que dice que “toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un estado. Toda persona tiene derecho a salir de su país incluso del propio y a regresar a su país”. Igualmente han querido denunciar “sus políticas egoístas que condenan a muchas personas migrantes y refugiadas a morir”.

También han querido “denunciar a tantos poderes económicos que no piensan más que en hacer dinero a costa de los países más pobres incluso inventando guerras según sus intereses, y vendiendo armamento obsoleto, ¿Sus consecuencias? las personas desplazadas por refugio político y económico o refugiados climáticos”.

Han querido con este acto “despertar la conciencia” entre todoas porque como decía Luther King “Cuando reflexionemos sobre nuestro siglo XX, (y esto vale para hoy) no nos parecerán lo más grave las fechorías de los malvados, sino el escandaloso silencio de las buenas personas”. En este sentido han hecho suyo el lema que en el edificio de la ONU representado a todas las naciones dice “haz a los demás lo que quisieras que te hicieran a ti”. Es decir hacer posible “la fraternidad que nos une a todos y todas como personas humanas”.

Han abogado “por unos derechos humanos para todas y todos, de cualquier cultura, en cualquier lugar”. Y han demandado derechos frente a más muertes.

El acto ha concluido con los bertsos de Ametz Arzalluz. Unos bertsos nacidos desde el sentir de una persona que practica la solidaridad y el compromiso y que conoce de primera mano el sufrimiento de los viajes “en busca de una vida digna” de personas que ha conocido en este camino al paso por este nuestro río que nos une a pesar del empeño de políticos a miles de kilómetros de que sea lo contrario y dónde estas políticas han frenado el viaje y la vida de nueve personas en estos últimos años.

Conentración Derechos no muertes 2023

Un acto sentido

Cabe destacar que el acto es convocado por tres expresiones diferentes, la cristiana, la musulmana y la “humanista” haciendo ver que es posible realizar cosas juntas, que es posible reconocerse en la otra y trabajar con ella y hacerlo para sentir y denunciar injusticias como lo son las políticas de inmigración, de expolio y saqueo de vidas y países. Igual de destacado fue ver ayer como se acercaron personas que han realizado ese viaje y las circunstancias les han llevado a que esos sueños de una vida digna se hagan realidad o al menos se hagan posibilidad en nuestra comarca.

Un lugar seguro es un mundo sin fronteras. Un lugar seguro es no rendirnos a imaginar cómo derribarlas

(Texto de María González Reyes leído ayer)

Todas las fronteras tienen un color semejante. Sucio. Tramposo. Descosido.

En todas las fronteras hay momentos de silencio en los que, si miras hacia arriba, puedes ver cómo algún ave vuela alto sin percatarse del privilegio de poder pasar de un lado al otro del muro. Una y otra vez. Sin que nada le ponga freno.

Todas las fronteras están llenas de nombres. De nombres que consiguen atravesarlas. De nombres que se quedan al otro lado. De nombres que nunca vuelven a pronunciarse. Nombres de personas que nadie sabe dónde están.

Un trozo de dignidad queda colocado en cada pedazo de mundo donde hay gente que se junta para romper una esquina de la impunidad.

Muchas personas migrantes dicen que vienen buscando un lugar seguro.

Eso es lo que hacemos en momentos como este. Juntarnos es una manera de construir lugares seguros.

Un lugar seguro es aquel donde se desobedecen las leyes injustas.

Un lugar seguro es no dejar a nadie a la intemperie.

Un lugar seguro es generar conflicto ante la barbarie.

Un lugar seguro es deshacerse de la impotencia.

Un lugar seguro es crear lazos de comunidad.

Un lugar seguro es mantenernos vivas. Todas.

Un lugar seguro es conservar la memoria de quienes no pudieron llegar.

Un lugar seguro es un mundo sin fronteras.

Un lugar seguro es no rendirnos a imaginar cómo derribarlas.

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