Irungo EH Bildu.- La noticia del posible cierre de Bacaladera, es otro golpe a la economía local que lejos del triunfalismo de nuestro alcalde se encamina a la nada más absoluta.

Desde el cierre de las aduanas hace 30 años, Irun no ha encontrado su norte económico y va dando tumbos sin un proyecto con perspectiva y un liderazgo claro que encarrile la economía local.

Ahí están los datos económicos del Eustat para certificar la preocupante situación económica de Irun: localidad con la tasa de paro más alta de Gipuzkoa, con un PIB per capita y Renta personal total 15% más bajas que la media de Gipuzkoa. Estos datos nos señalan claramente que además de haber más personas desempleadas que en cualquier localidad gipuzkona, la calidad del empleo que existe es muy baja.

El estudio económico del Eustat nos da otros datos interesantes: la deuda viva del ayuntamiento por habitante es un 27% superior y la inversión neta del ayuntamiento por habitante un 54% más baja que la media de la provincia.

Esta es la foto real de Irun a la que el partido que ha pilotado la gobernanza municipal durante todo este tiempo no ha sabido hacerle frente.

Escudarse en que el ayuntamiento no tiene competencias en promoción económica, además de mentira, es pretender ocultar su incapacidad manifiesta y su dejadez más absoluta. Analizando fríamente la actuación de los sucesivos gobiernos del PSOE vemos que es común a todos ellos la improvisación, la falta de ideas y de proyecto económico para Irún, su nula capacidad para afrontar seriamente el futuro económico de nuestra ciudad. En el devenir de los años todos hemos leído y oído nombres pomposos aplicados a supuestos planes económicos bajo los cuales no había absolutamente nada capaz de revertir la desertización empresarial de la ciudad.

Un ejemplo de esta clara incompetencia la tenemos en la bicefalia entre la Oficina de Promoción Económica y Bidasoa Activa. En su día los y las pensantes del gobierno municipal decidieron crear la Oficina de Promoción Económica cuando ya existía Bidasoa Activa que en teoría es el organismo que debería de pilotar un proyecto para la reindustrialización de Irún. No cuesta nada entender (Cualquiera entiende) que la existencia de dos organismos públicos ejerciendo las mismas funciones además de no tener sentido y suponer un derroche económico, impide la estructuración de un plan serio de promoción empresarial.

¿Por qué se creó la Oficina de Promoción Económica? Todo hace indicar que para loa propagandística del gobierno municipal, lo cual dice mucho de la categoría de sus responsables.

Bidasoa Activa, dividida en varias sedes, nunca ha tenido un verdadero apoyo municipal para acometer un ambicioso plan de reactivación económica. Lo que comenzó como un proyecto ilusionante languidece por la falta de apoyo y ambición de los responsables municipales. Viendo ejemplos como este no es extraño que Irún se encuentre en la situación crítica en que está.

EH BILDU no se resigna a esta situación. Desde EH BILDU apelamos al Gobierno Municipal a que obre con madurez y responsabilidad, a que deje de una vez de engañar a la población con supuestos planes y se ponga a trabajar de verdad para marcar unos objetivos de industrialización y fomento empresarial acompañado su correspondiente proyecto real, y así alcanzar las metas marcadas.

El pretender que de los cielos nos llueva de vez en cuando una gran empresa que nos resuelva los problemas es inmaduro, cortoplacista y cómodo. No exige trabajar mucho. El camino es el trabajo duro y constante de apoyo a las pocas empresas que tenemos. Trabajar codo a codo con ellas, tejiendo redes de colaboración entre ellas, entre ellas y el ayuntamiento, prestando apoyo a sus proyectos, apoyando el trabajo en común, impulsando proyectos compartidos y en todo momento en comunicación y relación constante con el ayuntamiento.

Es un camino duro, necesita tiempo, pero los frutos están asegurados. Todo lo demás, parafraseando a su secretario general, es “postureo”, práctico para una foto o una reseña en prensa, pero inútil para resolver los auténticos problemas.

Si Irun hubiera tenido una red de apoyo e interrelación empresarial, como la que reiteradamente llevamos tiempo proponiendo, es más que probable que podríamos haber evitado los errores cometidos en Bakaladera y el drama de su cierre.