La protesta contra el TAV y los proyectos destructivos convocada por AHT Gelditu! congrega a decenas de personas ante el Kursaal. Miembros de Mugitu! han interrumpido la intervención del lehendakari Urkullu

Ayer miércoles a las 5,30 de la tarde en el Kursaal de Donostia ha dado comienzo un acto organizado por el gobierno vasco con el título de “25 años de sostenibilidad” presidido por el lehendakari Urkullu.

Cuando éste ha tomado la palabra 7 miembros del movimiento de desobediencia al TAV Mugitu! han accedido al escenario portando carteles con los lemas “TAV insostenible” y “PNV hipócritas” mientras entonaban cánticos y lemas contra esta macroinfraestructura. El acto ha sido interrumpido durante unos 2 minutos.

El servicio de seguridad del lehendakari ha desalojado a los activistas con gran celeridad, y a algunos de ellos de muy malas maneras, siendo después identificados. Durante la protesta se han distribuido octavillas explicando la acción. Por otra parte, a las afueras del Kursaal AHT Gelditu Elkarlana ha realicado una concentración bajo el lema “¿Es ésta vuestra sostenibilidad? No al TAV, Stop Proyectos Destructores”.

Comunicado de Mugitu! AHT Gelditzeko

HIPOCRESÍA SOSTENIBLE

La 'sostenibilidad' es una de las grandes mentiras de nuestro tiempo. Vivimos en la época del saqueo de los recursos, del pico del petróleo, del cambio climático, y por supuesto, de la imposición de infraestructuras destructoras e innecesarias, entre ellas el TAV. Sin embargo, es también la época en la que la idea de 'sostenibilidad' ha pasado a formar parte del decorado ideológico con el que se publicitan marcas, productos, y también, por qué no, políticos.

Hoy el Gobierno Vasco se jacta de ser 'sostenible', cuando sigue potenciando el Tren de Alta Velocidad, una de las infraestructuras más destructoras del territorio de cuantas ha sufrido este pueblo, que no solo afecta al medio natural (con agujeros incluidos), sino que es un sumidero de recursos (materiales, energéticos, económicos) que supondrán una desgraciada hipoteca futura para todas las personas.

Desde el movimiento contra el TAV Mugitu! Mugimendua, denunciamos que lo único que es sostenible en esta tierra es la asquerosa hipocresía de quienes la gobiernan, representada hoy aquí por el PNV, su lehendakari Iñigo Urkullu y la consejera Ana Oregi. Llamamos a la desobediencia contra este megaproyecto y exigimos su paralización inmediata.

Comunicado de AHT GELDITU! Elkarlana

La coordinadora contra el TAV AHT GELDITU! Elkarlana denuncia que el acto organizado por el Gobierno Vasco para este miércoles día 5 de noviembre a las 17:30 en el Palacio Kursaal de Donostia, bajo el lema “25 años de sostenibilidad”, no tiene otro objetivo que el de la mera propaganda, queriendo ocultar a la población los verdaderos impactos económicos, sociales y medioambientales que está suponiendo ya la construcción de grandes infraestructuras como el TAV. Hace 25 años, en 1989, los distintos gobiernos vasco y navarro, ajenos al debate social, tomaron de manera unilateral las primeras decisiones en materia de construcción del TAV y parece que el Gobierno Vasco pretende conmemorar dicha efeméride sin el menor atisbo de autocrítica. Al objeto de  denunciar este “lavado de cara” del Gobierno Vasco y la intención del mismo de disfrazar de manera perversa con términos amables los verdaderos impactos económicos, sociales y territoriales de dichos macro-proyectos, convocamos una concentración ante el Palacio Kursaal a las 17h.

En dicho acto tomarán parte el Lehendakari Iñigo Urkullu y la consejera de Medio Ambiente Ana Oregi, responsables políticos en la CAV en seguir empeñados con la absurda obra del TAV, a la que de manera partidista, al margen de las verdaderas necesidades sociales y a pesar del importante cuestionamiento social, han convertido en la principal apuesta política y empresarial del Gobierno Vasco. Es una grave irresponsabilidad  que  el  Lehendakari  Urkullu  esté  más  preocupado  en  contentar  a  las  grandes constructoras en vez de satisfacer las necesidades sociales más urgentes.

Así mismo queremos denunciar que es precisamente el Gobierno Vasco quien ve la necesidad de organizar este tipo de actos meramente propagandísticos, al objeto de disfrazar con términos amables el gran oscurantismo que ha rodeado y rodea a este tipo de proyectos despilfarradores. Sin ir más lejos hace unas semanas hemos podido asistir a un nuevo derrumbamiento en obras del TAV, esta vez en la zona de Hernialde, del que hemos tenido conocimiento por los medios de comunicación y el testimonio de los vecinos de dicha zona. Al igual que ocurrió con el derrumbamiento que tuvo lugar en el túnel de Zumarraga el pasado mes de junio, el silencio, la falta de información, la falta de transparencia y el oscurantismo han sido el denominador común. Por eso mismo cuando hablan de TAV y sostenibilidad están ocultando que...

• El TAV significa agredir la tierra: cualquiera puede comprobar en Debagoiena, Goierri, Tolosaldea, Hernani o Galdakao, la tremenda ocupación, fragmentación, creación de escombreras y destrucción del territorio que suponen las obras del TAV. Esto demuestra que el pretendido respeto al medio ambiente de los políticos pro-TAV es un fraude.
  
  
• El TAV provoca graves desequilibrios territoriales: contempla únicamente la comunicación rápida entre las capitales, quedando subordinado ante esto la degradación ambiental y los efectos negativos sobre la economía y la calidad de vida de los municipios y comarcas del interior que le sirven de mero apoyo físico. -Los costes económicos del TAV son insoportables y aún les falta gastar alrededor del 60% del coste total del proyecto. Es decir, los recursos públicos se despilfarran en la creación de esta gigantesca y costosísima infraestructura que provoca un endeudamiento público cada vez mayor, a la vez que se asiste a los recortes de los gastos de carácter social y se hipotecan los recursos que requieren otros sectores de actividad económica o cultural.
  
  
• La creación de empleo es un cuento: las obras del TAV son además sinónimo de empleo precario y de sobre-explotación  de  trabajadores  que realizan  jornadas  laborales  de  14  horas  e  incluso  más  en condiciones de inseguridad laboral que se saldan con una insoportable siniestralidad, todo ello bajo la vista gorda y la complicidad de las administraciones públicas.