La asamblea de AZTI en Pasaia ( en la que ELA tiene mayoría) aprobó la realización de huelga en noviembre ante la cerrazón de la dirección a alcanzar un acuerdo para un nuevo convenio con garantías.
La dirección de la Fundación AZTI rompió la paz social en 20l6, denunciando el convenio vigente con la propuesta de congelar salarios 10 años y eliminar los trienios de antigüedad. Tras haber agotado las vías de diálogo y mediación del PRECO, los trabajadores de AZTI y su dirección no han llegado a ningún acuerdo para la firma de un nuevo convenio laboral.
Tras cinco años de congelación salarial, las principales reivindicaciones de los trabajadores incluyen limitar la pérdida del poder adquisitivo actualizando los salarios en función del IPC y la incorporación de cláusulas de garantía para el mantenimiento de puestos y condiciones de trabajo, así como la inclusión de garantías de aplicación del convenio.
A pesar de los positivos resultados económicos de la organización durante los años 2016 y 2017, la dirección de la fundación y su patronato, presidido por el Viceconsejero de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria, Bittor Oroz, rechaza cualquier actualización o subida salarial, si no está ligada a objetivos económicos de la fundación. Además, aunque la fundación expresa verbalmente su deseo de mantener los puestos de trabajo, de facto se niegan a incluir en el nuevo convenio cláusulas relacionadas con estos aspectos, para ”mantener el mango de la sartén”. Así, esta fundación no renuncia a utilizar la reforma laboral rechazada por el propio Parlamento Vasco.
Así pues, y con el deseo de detener la progresiva precarización a la que se ven sometidos desde 2012 y de relanzar unas relaciones laborales más justas y dignas, la asamblea de trabajadores del centro de AZTI en Pasaia votó procedente la convocatoria de una huelga para los próximos días 2 y 3 de noviembre.
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