Ha pasado más de un mes desde que cientos de vecinas y vecinos recuperaran Tosu. En este tiempo han construido otra edificación en lugar de la destruida por las excavadoras, y han seguido viviendo en Tosu, como en el último año.

Para las próximas semanas estaba previsto comenzar con un proyecto de bioconstrucción para seguir construyendo alternativas. Y recuperado Tosu por y para las getxoztarras, se estaba trabajando -junto a un grupo de investigación de la UPV- en la definición de un proceso participativo que dibujara un nuevo proyecto para Tosu junto con las vecinas y vecinos de Andra Mari.

Sin embargo ayer, 27 de noviembre, aparecieron obreros de Geocisa y Dragados junto con la ertzaina con el objetivo de comenzar las obras del Parking. Comenzaron con los trabajos para levantar una valla que impida a las y los vecinos entrar a Tosu y lo cierre para el interés privado. Una valla más grande y fría que la que cientos de personas tiraron el 21 de octubre. La obra ha comenzado estando todavía en pie, junto a una colorida huerta, una edificación que es espacio habitual de encuentro de diferentes vecinos y vivienda habitual de al menos una persona, algo que vulnera sus derechos, como se les informó a los ertzainas que se acercaron ayer.

Hoy cuando las excavadoras de Geocisa pretendían proseguir con los trabajos de destrucción para poder levantar la valla un miembro de Tosu se ha encadenado delante suyo. Se ha encadenado a la tierra, porque es la tierra la que queremos viva, y porque es la tierra lo que nos mantiene vivas.

En este momento la persona permanece encadenada y la obra parada. Mientras tanto la ertzaina ha identificado a tres personas y amenazado con multarlas a fin de amedrentar a las personas que se han acercado a defender el futuro de nuestros pueblos frente a la especulación.

Tosu Betirako llama a seguir defendiendo Tosu, porque el 21 de octubre ya demostramos que entre todas y todos podemos parar el parking.