Abotsanitz. Alarde de Hondarribia 2019

Logo AbotsanitzAbotsanitz.- Como siempre al acercarse las fiestas del pueblo, queremos hacer pública desde Abotsanitz nuestra reflexión acerca del Alarde en este año especial de elecciones municipales. Precisamente en la campaña afirmábamos que no tomaríamos posturas absolutas, que no queremos alimentar la dicotomía entre vencedores y vencidos porque creemos en un proceso conciliatorio basado en la defensa del patrimonio común del pueblo de Hondarribia. Nuestras propuestas han recibido el apoyo de buena parte de la población, consiguiendo una concejalía más y reforzando nuestro papel de primera fuerza de la oposición.

Lo sucedido el día 8 de septiembre de 2018 afectó mucho a la ciudadanía hondarribitarra. Perdimos todos, perdió el pueblo de Hondarribia. Pero, como siempre, también aquello tuvo su lado positivo. Posibilitó el inicio de un trabajo efectivo en el camino de la solución del conflicto a través de Mintzalardea, proceso impulsado por la Diputación. Porque nuestro pueblo, tras más de dos décadas de dolor, había perdido la costumbre del diálogo, y Mintzalarde removió muchos sentimientos, opiniones y posturas. Para algunos fue duro, paro otros fue liberador.

A pesar de que el diagnóstico realizado por Iñigo Retolaza en Mintzalarde no ha sido tan optimista como esperábamos “Hondarribia no está preparada todavía para un proceso de diálogo” y posteriormente ratificado según la antropóloga Jenny Pearce, experta en procesos de paz, la cual ha realizado un arduo trabajo estos últimos meses. Para Abotsanitz esto no es motivo de abandono, se trata incluso de un acicate, y también hemos reiniciado el trabajo con más fuerza que antes. Porque es el trabajo el que ha posibilitado que un proceso, que al inicio parecía de corto recorrido, haya perdurado y dado frutos. La primavera y parte del verano han sido, pues, de intensa ocupación para muchas y diversas personas que toman parte en la celebración del Alarde y, aunque no se ha logrado una declaración conjunta, ha quedado manifiesta la voluntad de remar en la misma dirección, y eso es lo verdaderamente positivo.

Abotsanitz confía en el poder de la ciudadanía que a través de sus agentes simboliza o representa las diversas actitudes ante el conflicto. Pero nos reafirmamos en nuestra reflexión de los últimos años: existe en el pueblo un importante sector no representado, que denominamos masa gris, compuesto fundamentalmente por jóvenes que no han podido disfrutar de un modo sano las fiestas de Hondarribia porque heredaron las consecuencias de un conflicto cuyo origen no conocieron. A la gente de más edad -responsables del silencio surgido del odio, el miedo y el dolor- nos toca asumir las tareas de comunicación con las nuevas generaciones.

Debe estimularse el diálogo libre entre las personas. A través de él se tejerán nuevas redes y de forma natural surgirán nuevos liderazgos. Dirigentes sin los prejuicios que nos atenazan todavía, con la conversación como moneda corriente, libres del maniqueísmo y otros vicios. Ellas y ellos harán posibles nuevos escenarios seguros donde puedan reunirse las partes ahora enfrentadas para comunicarse sus vivencias e ideas. Esperamos que el equipo de gobierno municipal de Hondarribia sea consciente de la importancia de esto y ponga todos los medios necesarios para crear esos espacios, aceptando todos los criterios y recibiendo a todas las partes.

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