Movimiento de Pesnionistas de Txingudi.- Nos apena y conmueve la mortandad que provoca esta pandemia, de forma especial en personas mayores, en particular a las de compañeras y compañeros que no volveremos a ver. Mostramos nuestra condolencia a las familias afectadas. Agradecemos el esfuerzo que realiza el personal sanitario y de servicios para atender las necesidades de toda la ciudadanía.
Con la crisis del COVID-19 se han puesto de manifiesto los recortes de los últimos años, y sus consecuencias: menos camas disponibles, menos personal sanitario, menos materiales necesarios para atender a pacientes. Lo cual requiere la urgencia de tener una Sanidad Pública Universal que esté dotada de los recursos humanos y materiales suficientes para atender las demandas de salud de la ciudadanía; sobre todo en estos tiempos de crisis sanitaria.
La situación más luctuosa se da en residencias de mayores, por motivos que las autoridades sanitarias, políticas, sociales y judiciales tendrán que aclarar, enmendar y si es preciso sancionar. Resulta evidente la necesidad de fortalecer el sector público de asistencia personalizada a personas mayores, tanto a nivel domiciliario como en residencias, con más recursos humanos y materiales, implementando controles más exhaustivos. No puede ser que la atención a personas mayores, un pilar básico del Estado del Bienestar esté sujeto al negocio de entidades privadas. Nos jugamos la salud y la vida.
En algunos países se ha valorada que la desescalada se realice impidiendo la libre circulación de personas de edad avanzada cuando llegue el momento. Basarse en el criterio de la edad para fijar medidas discriminatorias supone atentar contra los derechos humanos. Sería una decisión coercitiva y arbitraria. Confiemos en que las autoridades políticas y sanitarias que nos gobiernan se basen en el sentido común y se olviden de discriminaciones por edad.
Se puede recomendar, nunca prohibir, menos reprimir por razones de edad. El sentido de la responsabilidad es la base de nuestro comportamiento. Nos preocupa nuestra salud. También la de quienes nos rodean y atienden nuestras necesidades sanitarias y cotidianas. Las personas de mayor edad necesitamos practicar ejercicio físico. Nuestro organismo lo reclama para poder mantener el tono muscular e incluso el equilibrio. Gente mayor practica de forma asidua actividades deportivas de resistencia, muchas veces recomendadas por motivos de salud.
En definitiva, reclamamos que cuando se suprima o alivie el aislamiento no haya restricciones en función de la edad. Exigimos que se nos trate como personas físicas con plenos derechos y deberes. Confiamos en que no será necesario promover una “rebelión de las canas”.
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