Junta del Alarde Igualitario.- Tras dos años sin Alarde por la pandemia, seguramente hemos vivido el Alarde más emocionante de los últimos años.

Ha sido un año en el que la palabra reencuentro se ha llenado de significado y contenido. Ha sido el año del reencuentro con nuestras compañeras y compañeros, tras pérdidas y secuelas derivadas de esta pandemia; también el del recuento de las ausencias: ese recuerdo y esa memoria se ha traducido en más lágrimas y abrazos que nunca. Nos hemos reencontrado con nuestra compañía y el resto de las compañías. En ocasiones hacía hasta tres años que no nos veíamos y hemos compartido el gozo y la alegría de encontrarnos para volver a realizar el Alarde, un Alarde que cada año crece y se ensancha como una realidad imparable: ya no se puede contener, ni ignorándolo ni presionándolo.

Tras este parón forzoso hemos vuelto a realizar el Alarde con más incorporaciones. Casi 2000 personas han dicho alto y claro que quieren ser parte de este acto tan singular, tan querido, tan emotivo, parte de nuestra identidad y de nuestra autoafirmación como pueblo. A todas estas personas que por primera vez se han incorporado: gracias, así como a las que llevan 25 años apoyando y sosteniendo este Alarde.

Gracias también a todos los mandos, mujeres y hombres, a veces muy jóvenes, que con una ilusión y un entusiasmo insuperable asumen la responsabilidad de hacer el día 30 el mejor Alarde.

Este año también tenemos que dar las gracias de manera especial a tantos cientos de mujeres y hombres que, desafiando la lluvia, han permanecido en las aceras esperándonos para aplaudir y transmitirnos su cariño, su entusiasmo y su determinación.

Gracias a Emakunde y la Diputación Foral, que económicamente hacen posible este Alarde. También a todos los representantes institucionales y de partidos políticos (por primera vez estaban todos salvo el PP). que quisieron recibir nuestro Alarde desde el balcón del Ayuntamiento para transmitirnos su apoyo y solidaridad, lo que evidencia la posición ridícula del alcalde Jose Antonio Santano al negarse a recibirnos y seguir ignorando a una parte importante de la ciudadanía.

Gracias a todas y todos, vuestro cariño y compromiso nos obliga a persistir en el objetivo de hacer un Alarde que sea capaz de aunar e integrar a todas y todos los irundarras.

Por último, ya no se puede ignorar que son cientos y cientos las mujeres que quieren tomar parte del Alarde desde dentro y, es por ello que cada día se hace más necesario que nuestra ciudad recupere el Alarde Municipal. El Alarde organizado por el Ayuntamiento es una tradición de siglos, y nos parece imprescindible recuperarla, para que el Ayuntamiento garantice un Alarde inclusivo, acorde con los tiempos que vivimos, sin discriminación, y que nos haga sentir orgullosas y orgullosos de nuestra ciudad, nuestras tradiciones y nuestras fiestas.