Han pasado 1.460 días desde que se instalaron en la plaza de San Juan para acoger a las personas migrantes y todavía siguen necesitando un local. Sometidas a las malas y calurosas épocas en la calle, 23.000 personas migrantes han sido acogidas en estos cuatro años.
En el verano de 2018 se organizó Irungo Harrera Sarea y el gaztetxe Lakaxita fue el primer refugio de personas migrantes que querían cruzar la frontera del río Bidasoa. La "situación insostenible" para cuando llegó el otoño hizo que se extendiera la convocatoria de una acampada en la plaza San Juan. Y fue entonces, y no antes, cuando las autoridades empezaron a moverse. El ayuntamiento habilitó esa misma noche el albergue Martindozenea, que alberga unas 80 camas que entonces estaba cerrado. Pero los y las voluntarias de Irungo Harrera se quedaron en la plaza de San Juan para recibir y ayudar a las personas migrantes que llegaban hasta allí.
Desde entonces, las autoridades han dado una serie de pasos para que el centro Zubia, que actualmente está subvencionado por los ayuntamientos de Irun-Hondarribia, puedan pernoctar de la mano del Gobierno Vasco en el albergue de Arretxe Gaina, gestionado por Cruz Roja. Pero si no todos los días, todas las semanas, alguna persona migrante se queda en la calle. "Los que han cumplido un año en el estado español, pierden el derecho de albergue, pero no tienen en cuenta que muchos pasan meses retenidos en Canarias por el propio estado", se queja Josune Mendigutxia, de Irungo Harrera Sarea.
Esta situación la ha sufrido una menor de 16 años que anoche era su cumpleaños y que ha sido trasladada a una pensión por las voluntarias. "No olvidará fácilmente el cumpleaños".
4 años ininterrumpidos
Pero mientras las fuerzas de los y las voluntarias de Irungo Harrera Sarea se den, seguirán dignificando una acogida que "no está garantizada por las autoridades". 1.460 días después de su instalación en la plaza siguen necesitando un local y ni el Ayuntamiento de Irun ni el local vacío que el Gobierno Vasco tiene en la propia plaza han mostrado su intención de cederlo. "Vamos a empezar nuestro quinto invierno aquí", dice Mendigutxi, "cuando empezamos no pensamos que iba a durar tanto tiempo, ni que las autoridades íbamos a durar, pero aquí seguimos". Pero en 4 años más de 23.000 personas migrantes han pasado por la plaza pidiendo ayuda. "Hemos conocido 23.000 miradas, 23.000 historias y dramas diferentes", recuerda Josune.
Lástima que algunos de ellos no lograran atravesar con vida el río Bidasoa. También por eso exigen por enésima vez a las autoridades que trabajen para que el Gobierno francés retire los "controles fronterizos racistas e ilegales". De hecho, con el otoño la situación del río se complica y muchas personas migrantes, alertan desde Irungo Harrera Sarea, de que siguen cruzando a nado. "Hemos encontrado ropa y mochilas a orillas del río, que están pasando todos los días hasta que pasa algo", dice Josune. En cambio, si se produce una desgracia, las autoridades no pueden participar en concentraciones de "blanqueo de cara". "Sería mejor que hiciesen su trabajo, están para eso".. "Mejor harían en hacer su trabajo, que para eso están".
Publicada originalmente en euskera en antxetamedia.eus/
- Calendario
- 137 lecturas