Comité de Huelga de la comarca del Bidasoa.- El 8 de marzo de 2023 el Movimiento Feminista de Euskal Herria inició el proceso "Las vidas de todos en el centro", con el objetivo claro de poner en el centro la problemática del cuidado y crear alianzas y poner en común propuestas con los movimientos populares y socio-sindicales.
Históricamente hemos sido las mujeres las que hemos asumido el peso del cuidado y nunca ha sido reconocido como trabajo, sino que ha sido invisibilizado y menospreciado política, social y económicamente. En la actualidad, en el Euskal Herria, son el eje de la violencia y la desigualdad, y se cruzan diferentes opresiones dentro de estos trabajos: raza, situación de extranjería, edad, red y estatus social. En consecuencia, los cuidados están sexuados, racializados y estratificados. Además, aun y no siendo reconocidos, el capitalismo heteropatriarcal se ha enriquecido con las ganancias de ellos, mercantilizando, privatizando, explotando y especulando con las labores de vigilancia.
Las mujeres* del Bidasoa queremos decidir cuánto, cómo y a quién queremos cuidar; queremos decidir cuánto, cómo y quién nos tiene que cuidar; y también queremos reivindicar el derecho a decir no a cuidar. Por ello, nos sumamos a la Huelga Feminista General que se celebrará el 30 de noviembre:
- Huelga: para visibilizar la necesidad de los cuidados y hacer aflorar quién y en qué condiciones la cuida; también para organizarla, activarla y introducirla.
- Feminista: para denunciar el sistema capitalista, heteropatriarcal, colonialista y racista, e interpelar y señalar a los responsables de la privatización.
- General: porque estamos hablando de vidas de todos, la lucha por el derecho a la guarda afecta a toda la sociedad.
Queremos que el cuidado sea una herramienta de transformación. Para ello es imprescindible, por un lado, afrontar las situaciones hoy más precarias y colapsadas y, por otro, definir un sistema social que ponga la vida en el centro. Tres son los elementos principales que requieren el cambio: la falta de reconocimiento de los trabajos, la mala calidad de la atención derivada de la deficiente condición laboral de los cuidadores. Por tanto, si queremos avanzar hacia un sistema de vigilancia público-comunitario, es necesario fijarnos en estos elementos y democratizar las tareas de cuidado: debemos entender y garantizar la custodia como un derecho social y los servicios que ofrece el sistema público deben estar al alcance de todos; el cuidado debe ser universal y justo.
También nos gustaría hacer hincapié en la organización racista y colonial del sistema de vigilancia. El racismo, el antigitanismo y la xenofobia hacen que la mayoría de las personas racializadas, migradas y gitanas trabajen en sectores no reglados y sin ningún tipo de apoyo sindical. Ejemplo de ello es el caso de las trabajadoras internas, el 95% de las cuales son mujeres migradas racializadas. Son precisamente estas trabajadoras las que tienen más motivos para esta huelga; y, sin embargo, por condiciones precarias y falta de protección, la mayoría de ellas no tendrán derecho a la huelga. Por tanto, siendo agentes políticos de cambio, es imprescindible el reconocimiento de todos estos colectivos y la toma en consideración de sus reivindicaciones. Garantizar, como es necesario, espacios para conocer sus luchas desde su voz.
Esta crisis no se resolverá con soluciones superficiales, hay que cambiar radicalmente el actual régimen capitalista y patriarcal de vigilancia. Por ello, y para que todas estas reivindicaciones se escuchen en voz alta en las calles de la comarca del Bidasoa, los miembros del Comité de Huelga de la comarca del Bidasoa hemos elaborado un amplio programa de actividades durante toda la jornada.
Hagamos por un derecho colectivo a la vigilancia, al derecho de todas las personas a proporcionar y recibir cuidados en condiciones dignas a lo largo de toda su vida.