Letizia Urretabizkaia.- La normativa vial de Irun se ha adecuado para que las personas que nos trasladamos en bicicleta circulemos por la carretera, lo que ha supuesto que el limite de velocidad haya bajado a treinta kilómetros por hora, norma que casi ningún vehículo motorizado respeta. Ni tampoco la distancia de seguridad para adelantar a las bicicletas.

Ante esta realidad, en el momento en que siento el peligro de un adelantamiento arriesgado, me pongo a circular por el medio del carril, ateniéndome a la normativa vigente, ya que circular por la acera supone arriesgarse a una generosa multa.

En este contexto, la impaciencia de las personas conductoras se me convierte un frente abierto, y tras varios bocinazos, el jueves pasado un varón me dijo: "Venga Zorra!"

Durante la vida casi todas las mujeres hemos sido calificadas como tal o como histéricas, o como locas, o como putas en algún momento, y las maravillosas normativas de mi ciudad, entre ellas la vial, parecen no poner impedimentos para que este hecho se siga reproduciendo. 

Por ello, y porque debemos de protegernos de mal-educados machistas, me uno al movimiento que aboga por apropiarse de los insultos, mayoritariamente relacionados con nuestra sexualidad, que históricamente nos han encasillado al margen de lo correcto. Es una semilla más que siembro en el bosque del respeto, hacia a las personas que andamos en bicicleta, hacia las mujeres. Termino con el estribillo de un grupo de mujeres de los ochenta que repetía: "Me gusta ser una Zorra!"