Un gesto de solidaridad contra la represión
Mosku Bizirik.- En las últimas décadas Mosku ha estado en el objetivo de la represión por ser "el rincón rojo" de Irun. Constantes golpes para doblegar su espíritu rebelde y devolverlo a ser “Urdanibia”. En una ciudad gris que cultiva la vida servil y anodina de la corrección, querer ser libre puede ser peligroso. Ser rojo, ser feminista y sobre todo utilizar y reivindicar la calle para la vida vecinal puede resultar caro. En concreto: entre 751 y 1500 €.